El Príncipe Felipe, murió a sus 99 años, y a pesar de que estuvo casado por 73 años con la Reina Isabel II, nunca ocupó el máximo cargo en la familia real británica, ¿por qué? Una ley parlamentaria impide que se le otorgue el título por ser él el esposo de una reina.
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El género del consorte, pareja de un monarca, influye de manera diferente a la hora de asignarle títulos. Si quien aspira a un lugar en la familia real es una mujer, por ser la esposa del rey se le concederá el título de reina consorte, pero si la situación es al revés, el hombre solo puede ser nombrado príncipe consorte. Así ocurrió cuando Isabel II se casó en 1947 con Philip Mountbatten, así era el nombre del Príncipe Felipe.
Según detalla Clarín, esta diferenciación se debe a que el título de “reina” puede implementarse en dos sentidos: para referirse a una monarca o para ser utilizado en un rol ceremonial. Pero en el caso de “rey”, no tiene uso ceremonial y solo puede ser utilizado para identificar al monarca.
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El Príncipe Felipe recibió tres títulos al casarse con la Reina Isabel II: Duque de Edimburgo, Conde de Merioneth y Barón de Greenwich, pero recién después de 10 años de casado la reina lo nombró Príncipe Oficial del Reino Unido a través de una patente real. De esta manera Felipe de Edimburgo pasó a ser conocido como “Su Alteza Real, el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo”.
La familia del príncipe consorte pertenecía a la realeza griega, y estaba relacionada con la realiza danesa, pero por una “turbulencia” política se fueron de Grecia para instalarse en Francia. Luego al convertirse en ciudadano británico, tomó el apellido Mountbatten y al casarse con la Reina Isabel tuvo que renunciar a todos sus títulos nobiliarios.