Con la cabeza en el 14 de noviembre, Juan Manzur, flamante jefe de Gabinete, también reemplazará al ahora canciller Santiago Cafiero en la coordinación de la logística y como la voz de Alberto Fernández. Ahora, el objetivo es tender a la horizontalidad y sumar territorialidad.
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Mientras hasta las PASO la estrategia fue una estructura más vertical, manejada desde la Casa Rosada, los resultados, sumado a la presión de gobernadores e intendentes y hasta de la propia Cristina Kirchner obligaron a pensar un esquema distinto, con pluralidad de voces y que sean tomadores de decisiones.
El objetivo es que el Gobierno nacional mantenga cierta centralidad, pero que se pueda explotar al máximo la gestión y los recursos. Manzur considera que lo fundamental es sumar mayor territorialidad. De hecho, en la primera reunión de Gabinete solicitó a los ministros que bajen línea a los funcionarios de cada área para que salgan a la calle “a escuchar a la gente y a contar todo lo que se hizo en este tiempo”.
Para llevar adelante esa tarea sumó al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, como interlocutor en el territorio, a la dupla que ya venía trabajando en eso: los ministros Eduardo “Wado” de Pedro (Interior) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas).
Los tres reportarán a Manzur y coordinará con las jefaturas de campaña de cada provincia, en función de las necesidades que surjan. “Todos los ministros tenemos la misión de bajar al territorio, de ir a escuchar, a defender la gestión y a llevar soluciones”, cuentan desde el Gabinete.
Los objetivos
A partir de esta estrategia, la meta es revertir los resultados de las PASO en, al menos, tres de los seis distritos donde cayó en la elección para el Senado, a fin de que la vicepresidenta no pierda el quórum propio. La Pampa, donde el triunfo de JxC fue toda una sorpresa, Santa Fe y Chubut son los considerados “posibles” para esta empresa. Para ellos, se busca que los candidatos puedan llegar a noviembre con más anuncios.
En la Provincia, aunque no elige para la Cámara Alta, Máximo Kirchner se aseguró con la llegada de Martín Insaurralde a la Jefatura del Gabinete una intervención directa de los intendentes del PJ en un esquema que hasta septiembre tuvo a Axel Kicillof como principal factor de decisión. La idea es que desde la gobernación haya un trabajo más aceitado con cada distrito. El lomense tendrá como tarea ser el nexo con los intendentes e intentará recomponer una “relación disfuncional”.
Por su lado, en Nación, Cafiero no perderá su cercanía con Fernández, más allá de la distancia entre el Palacio San Martín y la Casa Rosada, de hecho, visitó cuatro veces el despacho presidencial durante esta semana. “Santiago va a seguir ayudando a Alberto, pero con un rol más acotado en la agenda política”, indicaron desde Cancillería.
Desde la comunicación, todavía no hay demasiadas certezas. Sólo la salida del ex vocero presidencial Juan Pablo Biondi y del secretario de Medios, Francisco Meritello. Pero tampoco está clara la continuidad operativa de la mesa que trabajó rumbo a las PASO desde el Complejo Cultural C, en Chacarita. Por ahora, están a cargo el dirigente de La Cámpora Santiago “Patucho” Alvarez, el ex secretario de Medios de Néstor Kirchner, Enrique “Pepe” Albistur y el consultor Juan Courel. Manzur también deberá ser el responsable de comunicación - tarea de Cafiero - y su persona de confianza en el área será Valeria Zapesochny.
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Lejos de tener un manual de campaña, dados los resultados, aún queda por definirse el discurso más conveniente para convencer al electorado. “Acá no hay una elección nacional, va a haber 24 campañas”, se animaron a reconocer desde el interior de la Casa Rosada.