Francisco celebró una misa privada con el cardenal Angelo Becciu, despedido por corrupción

Con un destacable gesto, el Papa encabezó una sorpresiva ceremonia de Jueves Santo incluyendo al cardenal expulsado por él mismo.

Francisco celebró una misa privada con el cardenal Angelo Becciu, despedido por corrupción
Papa Francisco (AP/Archivo).

El papa Francisco ofició una sorpresiva misa de Jueves Santo con el cardenal Angelo Becciu al que despidió el año pasado, extendiéndole un gesto extraordinario al celebrar con él la liturgia que conmemora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles antes de la crucifixión.

Las noticias de la celebración en la capilla privada de Becciu fueron confirmadas por el secretario de éste. Además, un viejo amigo que estuvo en contacto con Becciu tras la visita papal dijo que el cardenal estaba “muy feliz” con el encuentro. Un funcionario del Vaticano indicó que no podía confirmar la iniciativa privada de Francisco, pero añadió que un “gesto tal de paternidad no parece extraño en un día como hoy, Jueves Santo”.

La visita conlleva un enorme peso simbólico y podría indicar que Francisco pudiera haberse dado cuenta de que erró en su manejo del caso de Becciu. Francisco siempre ha valorado la misa del Jueves Santo como un ritual de arrepentimiento y servicio.

El papa obligó a Becciu a renunciar el 24 de septiembre aparentemente basándose en acusaciones de que el cardenal había enviado 100.000 euros de fondos de la Santa Sede a una organización caritativa religiosa controlada por su hermano. Las acusaciones están en un artículo que será publicado en la revista italiana l’Espresso.

Becciu reconoció que envió los fondos a la organización de caridad -no a su hermano- y les dijo a los reporteros que no había hecho nada malo. El dinero nunca salió de la cuenta bancaria de la diócesis.

Cardenal Angelo Becciu junto a Leon Kalenga Badikebele y el obispo de La Rioja Dante Braida\u002E
Cardenal Angelo Becciu junto a Leon Kalenga Badikebele y el obispo de La Rioja Dante Braida\u002E

En ese entonces Becciu era el número 2 de la secretaría de Estado del Vaticano y tenía autoridad plena para manejar la amplia cartera de activos del departamento, incluyendo su uso para donativos con fines de caridad.

Becciu ha interpuesto una demanda de 10 millones de dólares por difamación contra L’Espresso, diciendo que el reporte y otros artículos dañinos publicados durante meses que citaron a fiscales no nombrados del Vaticano arruinaron su reputación y eliminaron sus posibilidades de llegar a ser papa.

Francisco pudo celebrar la misa con Becciu después de cancelar su participación en la misa oficial del Vaticano por el Jueves Santo en la Basílica de San Pedro, delegando la representación al decano del Colegio Cardenalicio.

El Vaticano nunca explicó por qué el pontífice no acudiría a la misa oficial. Durante esta jornada Francisco suele visitar una prisión o un centro de refugiados para la misa del Jueves Santo, que usualmente incluye el lavado de los pies como símbolo de la disposición de Jesús de servir a otros.

Por segundo año consecutivo esa parte de la ceremonia se canceló debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus. Y todos los actos del Vaticano para la Semana Santa se celebran con un aforo limitado de fieles con mascarilla y respetando las normas sanitarias y de distancia social.