En tiempos en los que es contantemente puesto en vilo cómo vivir la sexualidad y la seguridad dentro de los cuerpos, en tiempos en los que se repiensan tabúes y visiones obsoletas, Flor de la V manifestó una realidad muy común para la personas trans. A la hora de ir a un lugar público tal como la playa, en un situación de disfrute, cómo influye la mirada de los demás en el cuerpo del otro.
En un posteo que llamó la atención de todos sus seguidores, la mediática buscó poner en palabras sus vivencias a la hora de ir a una playa de vacaciones. “Para mí, el pasillo de la carpa fue durante años mi peor pesadilla, para muchas mujeres lo sigue siendo”, comenzó.
Y agregó, en una reflexión de cómo la mirada de los otros puede impactar en una persona: “Muchas chicas se preocupan por algunas estrías o un poco de celulitis: imagínense cómo se sentirían ustedes si todas las miradas fueran constantemente a sus genitales. Muches tienen una obsesión con la entrepierna de las mujeres trans. ¡Sí! La idea fija… si se nota algo, si estamos operadas, ¿cómo hacen? ¿Por qué preocupa tanto eso?”, se preguntó.
Y llegó a una conclusión: “Para todes les interesades, les cuento, se llama truquín o trucar. Y sí, puede ser doloroso. Las mujeres trans lo hacemos por legítima defensa, si no cumplimos con los estándares cis-normativos de la femineidad, somos castigadas. ¡Tenemos que empezar a generar mejores maneras de pensar y actuar el género!”, expresó.
Respecto a su situación actual, explicó que estas inseguridades que generaban los demás sobre su cuerpo pudo superarlas a través de los años: “Hoy vivo y disfruto de mi cuerpo con plenitud, ya no soy esclava de la mirada de otres. El mejor cuerpo no es aquel que vemos en revistas, sino el que portan quienes viven su existencia gozando, sintiendo y tomando decisiones que no dependan (tanto) de la mirada ajena. Lo importante es que si queremos un mundo más amoroso y empático, trabajemos para que la multiplicidad (y no la homogeneidad) del cuerpos sea lo asumido como norma”, concluyó.