El Gobierno nacional apelará el fallo de la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos que ratifica la imposición de aranceles impuesta en 2018 a la importación de biocombustible de producción argentina, informó Cancillería. De esta manera, Argentina, ante el fallo contra el pedido de revisión por cambio de circunstancias, podrá hacer uso del recurso de apelación a un tribunal superior de Estados Unidos como puede ser la Corte Federal del Circuito correspondiente, dentro de los próximos 60 días.
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“El Gobierno argentino trabajará mancomunadamente con el sector privado de nuestro país para revertir esta decisión”, señaló un comunicado de la cartera que conduce Santiago Cafiero, en el que también enfatizaron que “se reserva el derecho a recurrir al sistema de solución de diferencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a fin de defender los derechos de sus exportadores”.
En 2016, los productores de biodiésel de Estados Unidos, agrupados en la National Biodiesel Board (NBB), le pidieron al Gobierno de Donald Trump represalias contra el biodiésel argentino porque argumentaban que “el producto ingresaba con dumping y tenía subsidios”.
Así, apuntaron contra las retenciones a la soja, que tenía un diferencial que, según su punto de vista, favorecía a la industria argentina en la compra de la materia prima (el aceite de soja) a un valor inferior y también una tasa de derechos en la exportación en ese momento que era del 0 por ciento para el biocombustible.
Luego de investigar el caso, Estados Unidos sancionó a la Argentina con derechos equivalentes a casi un 150 por ciento, entre aranceles antidumping y antisubsidios. Asimismo, ordenó que el biodiésel se quedara afuera de ese mercado por cinco años. En 2016, Estados Unidos importó de la Argentina alrededor de 1200 millones de dólares en biodiésel de soja. En 2017, Comercio determinó que esas importaciones estaban siendo subsidiadas y Estados Unidos comenzó a imponer aranceles compensatorios de hasta 72,28 por ciento como antisubsidios, también hizo lo propio como medida antidumping.
En 2018, el Gobierno de la Argentina solicitó al Departamento de Comercio modificar los aranceles antisubsidios a la baja mediante una revisión de circunstancias cambiantes. Este departamento determinó de manera preliminar que el régimen de impuestos a las exportaciones de Argentina “ya no estaba diseñado y estructurado para alentar el desarrollo de la industria del biodiésel”, lo que habría reducido sustancialmente los tipos de derechos compensatorios estadounidenses.
Para la entidad “no había suficientes circunstancias cambiantes para justificar una reducción de los aranceles”. Fue entonces cuando el Gobierno argentino y LDC fueron a la Justicia.
“Los numerosos cambios en el régimen fiscal de exportación de la Argentina y el proyecto de ley que establece que los aranceles de exportación se reducirían para las mercancías que agregan valor a través de su producción, restan valor a la conclusión de que los subsidios sujetos a medidas compensatorias se encuentran en la investigación subyacente ya no estaba en su lugar “, señalaron desde el tribunal.
La demanda argentina también mencionaba que las conclusiones se basaban en “especulaciones”, argumento también rechazado por el Tribunal: “Aunque el Departamento de Comercio basó sus conclusiones en parte en predicciones sobre el régimen fiscal de exportación de la Argentina en el futuro inmediato, estas predicciones se basaron en tendencias establecidas por pruebas sustanciales de antecedentes y circunstancias existentes”, manifestaron.
“Los demandantes no mantuvieron su argumento de que Comercio emitió los resultados de su revisión después de la fecha límite reglamentaria”, concluyó el juez Gary S. Katzmann.
“No es justo”
Por su lado, desde la industria exportadora de biodiésel consideraron una “mala noticia” el fallo adverso al producto argentino.
“Consideramos que el fallo no es justo, estamos analizando la posibilidad de apelarlo trabajando juntos con la Cancillería para defender los intereses de la Argentina. Para la Argentina, es muy importante tener los mercados abiertos, diversificar sus exportaciones y los destinos de las mismas”, expresó Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).
“Vamos a seguir insistiendo en buscar algún tipo de arreglo justo y razonable para mantener ese mercado abierto”, agregó.
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Actualmente, la Argentina sólo tiene disponible en plenitud el mercado de la Unión Europea. Hasta allí, tras un acuerdo con el bloque de parte del sector privado puede enviar un volumen de unos 1,25 millones de toneladas por año, aunque viene colocando por debajo de ese nivel. El año pasado hubo ventas por debajo en medio de la pandemia que paralizó actividades. Ese mercado estuvo cerrado cuatro años desde 2013 también por restricciones que se le habían impuesto a la Argentina. La reapertura vino luego de un panel ganado a Europa en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y una rebaja de aranceles que aplicó el bloque europeo.
Además de Estados Unidos, nuestro país no puede acceder al mercado de Perú, que también tiene restricciones al producto argentino.