El Villarreal ganó este miércoles la primera Europa League de su historia al ganar 11-10 en la tanda de penales al Manchester United tras empatar 1-1 en los noventa minutos y la prórroga de la final del torneo continental en Gdansk. El portero español del United David de Gea falló el penal que dio al ‘Submarino Amarillo’ el trofeo en la primera vez que llegaba a una final continental.
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La emoción de los penales, todos convertidos menos el último, eclipsó los 120 minutos de juego en los que el Manchester United dominó hasta el minuto noventa, pero del que se adueñó el Villarreal en la prórroga, aunque su sustancial mejoría no fue suficiente para desequilibrar el marcador ante de los lanzamientos.
De entrada, el equipo inglés tuvo el balón y jugó siempre de cara a la meta del Villarreal, mientras que a este equipo le costó mucho equilibrar las fuerzas pese a un buen juego defensivo, pero sin apenas contragolpe y solo con alguna acción de peligro a balón parado.
El Villarreal no entró con comodidad en el encuentro, pues los primeros minutos los manejó con solvencia el rival, a lo que se unió el golpe sufrido por Juan Foyth, que sangró abundantemente y tuvo que abandonar el terreno de juego en dos ocasiones para ser atendido.
Prácticamente del minuto diez al veinte, el equipo inglés jugó con superioridad por esta circunstancia, pero el Villarreal se mostró sólido en defensa. Las maniobras en el centro del campo de su oponente no iban acompañadas de acciones de peligro ante la meta de Rulli. Es más, el conjunto de Unai Emery empezó a aproximarse poco a poco a la meta de De Gea a base, sobre todo, de acciones a balón parado.
En un par de córners lanzados por Parejo, el Villarreal puso en apuros a la meta del conjunto inglés. Fueron la antesala del 1-0 marcado por Gerard Moreno en el minuto 29 al anticiparse a la defensa en un falta muy bien lanzado por Parejo.
Tras el gol, el Manchester recuperó la posesión del balón y, aunque no fue capaz de crear verdadero peligro, sí que obligó a que el Villarreal se viera encerrado en el área y a que en los minutos previos al descanso, aumentaran los problemas para el equipo español.
En términos generales, el dominio del primer periodo fue para el equipo de Ole Gunnar Solskjaer, que no dispuso de verdaderas opciones para marcar, mientras que el Villarreal, muy seguro en defensa, sí que aprovechó la suya para ponerse por delante, aunque se fue al descanso consciente de que si continuaba tan cerca de su portería y no tenía el balón, iba a sufrir mucho en la reanudación.
Consciente de cómo había acabado la primera mitad, el Villarreal cambió. Suyo fue el balón en los primeros minutos de la segunda mitad, algo que no se había visto hasta entonces. Sin embargo, a pesar de ese cambio en la dinámica del encuentro, un balón suelto en el área fue aprovechado por Cavani para equilibrar el marcador.
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Emery sacó a Bacca y dio entrada a Coquelin para reforzar el centro del campo, donde al Villarreal le constaba mucho mantener el balón, ya que en el ecuador del segundo periodo el encuentro había vuelto a la tónica de la primera parte: dominio del Manchester, frente a la buena defensa del equipo castellonense, pero sin presencia en ataque.
El Villarreal no encontraba la forma de acabar con el sufrimiento, mientras que sus salidas se presentaban con cuentagotas. A favor tenía el equipo español la consistencia defensiva, en contra los minutos que quedaban para el final y el horizonte del tiempo extra.
El partido llegó a la prórroga y tal y como ocurrió tras el descanso, el Villarreal cobró protagonismo, se acercó a la meta del United y dispuso de algún disparo, aunque impreciso. El partido se había equilibrado porque la mejoría del equipo de La Plana fue sustancial, pero no lo suficiente como para marcar el tanto definitivo.