El 27 de febrero de 2019, el titular del PJ nacional, José Luis Gioja, recibió a Alberto Fernández en la sede partidaria ubicada en el barrio porteño del Once. Fernández, por entonces ya convertido en el principal operador político de Cristina Fernández de Kirchner, regresaba al partido que había dejado una década atrás para caminar por otros caminos, entre ellos, el massista Frente Renovador. En el edificio de Matheu 130 Fernández prometió trabajar para la unidad partidaria de cara a las elecciones en la que, aún sin candidato, había que enfrentar la pretensión reeleccionista de Maurio Macri. Dos años después, el actual Presidente de la Nación encabeza la lista que lo proclamará como nuevo titular del PJ nacional el 21 de marzo próximo, cuando se celebre en Ferro el Congreso partidario que renovará las autoridades.
Aún no había expirado el plazo para la presentación de listas, pautado para la medianoche del lunes. A la par de la lista encabezada por Alberto Fernández, se presentó otra impulsada por el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.
Por la tarde, Alessandra Minnicelli (esposa de Julio de Vido), José Sbatella (extitular de la AFI en la segunda presidencia de Cristina Fernández) y el exvicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, se acercaron hasta la sede del PJ nacional, en Matheu 130, para llevar las planillas de la lista “Azul y Blanca”. Además de los mencionados, entre los candidatos a la conducción figura la dirigente social jujeña, Milagro Sala, el dirigente bonaerense Mariano Pinedo, el periodista e historiador Carlos Caramello y la rectora de la Universidad de Lanús, Ana Jaramillo.
Al respecto, recién entre este martes y miércoles, cuando se abre el período de impugnaciones, se sabrá si quedan firmes los candidatos. Trascendió que los apoderados de la lista de Fernández podrían impugnar a sus competidores, entre otras razones, por no estar Milagro Sala afiliada al PJ. Fuentes de la lista de Alberto Rodríguez Saá comentaron a este diario que la intención de este sector es, una vez presentadas las listas, ver si en las próximas 48 horas se puede lograr una mixtura entre ambas. Esta posibilidad parece difícil de concretarse.
La candidatura de Alberto Fernández se empezó a ser trabajada entre la CGT y un grupo de gobernadores peronistas previo al 17 de octubre pasado, como un intento de equilibrar su poder frente al peronismo kirchnerista. También se argumentó que todos los presidentes de la Nación peronistas aceptaron presidir el partido mientras gobernaban. Así ocurrió con Juan Domingo Perón, Carlos Menem y Eduardo Duhalde, aunque Néstor Kirchner ni Cristina Fernández siguieron esa tradición.
Alberto Fernández aceptó la candidatura pero con la condición de que se confeccione una lista de unidad, sin que quede afuera ningún sector.
La lista no fue tan sencilla de conciliar: se debió incluir representantes del “peronismo albertista”, sindicalistas de la CGT y enfrentados a su conducción como los Moyano, dirigentes de movimientos sociales (no muy bien vistos en el partido, pero amparados por Alberto Fernández), independientes como Scioli o Solá, los gobernadores del PJ y el peronismo kirchnerista en sus distintas versiones (desde La Cámpora hasta el ministro Agustín Rossi). Además, como signo de época, se debe respetar la paridad de género en la lista. Hubo que alinear demasiado astros.
Además de la cabeza de la lista, los otros puestos importantes entre los 70 integrantes del Consejo Nacional del partido, son las cinco vicepresidencias. Ayer se comentaba que una de ellas sería para Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Eva Perón. Militante del PJ bonaerense, actualmente es diputada nacional y es una estrecha colaboradora del jefe del bloque oficialista, Máximo Kirchner, sin integrar La Cámpora.
También se mencionaba que otra vicepresidencia podría recaer en el ministro Wado de Pedro. Integrante de la conducción de La Cámpora, fue de los primeros en acercarse al partido después de 2017 y logró ganarse la confianza de dirigentes veteranos del PJ, muy refractarios hasta entonces con la agrupación kirchnerista que antes había rechazado sumarse al partido.
La actual conducción asumió en 2016. En el peronismo se le reconoce a José Luis Gioja haber conducido el partido en un momento difícil: el peronismo pasaba a ser un partido opositor y en un momento la justicia intervino el PJ para poner durante un breve período a Luis Barrionuevo como autoridad. El mandato de las autoridades venció en abril pasado (por entonces el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, expresó su deseo de presidir el partido), pero por la pandemia la renovación se fue postergando hasta que se fijó el 21 de marzo la fecha de reunión del Congreso Nacional.