El “Mono” de Kapanga: “Extrañé horrores el festejo y los encuentros con el público”

La banda cumple 25 años y lo festeja con un show presencial. El músico también habló de las internas de Masterchef y confesó que en su casa tiene “el horno tapado con una frazada”.

El “Mono” de Kapanga: “Extrañé horrores el festejo y los encuentros con el público”
El músico habló de la posibilidad de entrar en el ámbito de la política y de qué significa para él ser Ciudadano Ilustre de Quilmes.

Se llama Martín Fabio... pero todos lo conocen como “El Mono de Kapanga”. Es que el cantante está en la banda desde hace 25 años y la mayoría ya no puede pensarlo por separado del grupo musical.

Kapanga cumplió el cuarto de siglo en plena pandemia y, para celebrarlo, los autores del hit “El Mono Relojero” primero prepararon un autoshow para el 20 de diciembre en el Hipódromo de Palermo, un show que será presencial. En plena reinvención y adaptación a la actualidad de la industria de la música, el “Mono” expresó en diálogo con VíaPaís que siente que el entretenimiento quedó “olvidado” entre las medidas y los protocolos de los últimos meses.

Orgulloso por ser de Quilmes y del conurbano bonaerense, admite tirar “códigos” mientras está en la televisión o en sus shows, para que solo la gente de su ciudad o sus amigos los entiendan. Esto lo hizo también durante sus participaciones en “Masterchef Celebrity” (Telefé), donde su sentido del humor y las chicanas con sus compañeros lo identificaron. El músico de 51 años fue eliminado del certamen, pasó por el repechaje y volvió a la competencia: mientras tanto, en su casa tiene “el horno tapado con una frazada” porque las horas que cocina durante el programa ya son suficientes para él.

Al ser consultado sobre si le gustaría hacer carrera en política, su respuesta fue contundente: “No, ni a palos. Me han llegado en estos años un montón de gente acercándose por si tengo intenciones políticas y a todos les digo lo mismo. Yo estoy para otra cosa, yo estoy para entretener”. Y así lo confirman las anécdotas, que lo retratan como “robador de estribillos”, ya que a través de los años se metió en decenas de recitales ajenos para aportar en alguna canción y se dio el gusto de cantar con los músicos más destacados del país.

Kapanga festeja los 25 años de la banda.
Kapanga festeja los 25 años de la banda.

-Hacer música en pandemia... me imagino que estos meses fueron todo un desafío para vos y la banda. ¿Cómo se sintió la experiencia de los shows por streaming?

-Es muy raro. Estamos acostumbrados a estar de gira 200 días al año y pasar de eso a hacer un par de streamings… Es lo que hay. La música es muy difícil de expresar a través de un dispositivo, con la energía, la alegría, ese contacto casi cara a cara que tenemos con el público... Es horrible, pero también es la única posibilidad que teníamos de generar un ingreso para todo el staff. Los streaming empezaron pronto, cuando toda la gente estaba adentro, hoy perdió un poco de atractivo porque la gente ya está en la calle. Los únicos que no estamos haciendo la actividad que tenemos que hacer somos nosotros: el entretenimiento, teatro, cine, música en vivo. No es que estamos olvidados, pero nadie habla de nosotros. Es todo muy raro y estamos acostumbrándonos a los golpes, porque esto cambia todos los días... Hoy siento que se olvidaron de los músicos. Se olvidaron que somos una pata fundamental en la vida de las personas.

-A pesar de todo esto, “Kapanga” llegó al cuarto de siglo, cumplen 25 años, que no es poco para una banda que se mantuvo unida todos estos años. ¿Cuál es el secreto para seguir unidos, seguir haciendo música después de tantos años?

-Las ganas que tenemos. Es nuestra forma de vida, de llevarla. Y tenemos un objetivo en común que es seguir tocando, hacer canciones, viajar, conocer, que te traten bien, te den cariño. Cuando tenés un montón de esas cosas, no querés perderlas. Este año que no tocamos, que no vimos gente... Extrañé horrores el festejo y los encuentros con el público, la ruta, los mates, los hoteles, las invitaciones a comer. Yo vivo de festejo en festejo durante 200 y pico de días al año. Entonces este año... estar en mi casa, no poder disfrutar con mi gente, fue morir un poco en vida. Me sacaron lo que más me gusta hacer.

El Mono, cantante de Kapanga, en MasterChef.
El Mono, cantante de Kapanga, en MasterChef.

-De quilmeña a quilmeño, te pregunto qué se siente este respaldo que tenés de toda la gente de tu ciudad, que sentimos cómo que sos nuestro representante, nuestro embajador de la música, tanto en Quilmes como en todo Zona Sur, y además sos Ciudadano Ilustre.

-Ser Ciudadano Ilustre de la ciudad es tremendo. Es una de las mayores medallas que me llevo de estos 25 años de cantar en Kapanga. Es un honor y creo que durante estos años fui embajador de la ciudad sin que me lo pidieron. A cada lugar donde voy cuento mis orígenes, de donde viene la banda, y pongo a Quilmes como “la” ciudad. Ahora que estoy con Masterchef se generó otra cosa, porque al estar en la tele puedo llegar a la gente mayor y también a los más chiquitos. Tengo otro abanico de público. Muchos me descubrieron ahora y empezaron a investigar y el que es de Quilmes, o es rockero, se siente identificado y me banca. Porque a la mayoría de los que están en el certamen ya los conocían.

-En este sentido, me acuerdo cuando en un programa de Masterchef le pusiste de nombre a un plato “Zapiola y Dardo Rocha”. Ahí Twitter y las redes estallaron en Quilmes. ¿Cómo llegaste a eso?

-Venía matado de la grabación del programa y estaba pensando en volver a mi casa. Y hago ese trayecto, cuando vuelvo de las grabaciones agarro el Acceso Sudeste, bajo en el Triángulo de Bernal, llego a Zapiola y Dardo Rocha y de ahí a diez cuadras está mi casa. Entonces hice el recorrido mental de donde iba a pasar y le puse ese nombre al plato.

-¿Sentís que aprendiste algo de cocina en este tiempo?

-Un montón. De cocinar milanesas con puré a hacer un buen asado, a intentar hacer curry, yacaré, hacer tortas... Es un curso acelerado de cocina. Son grabaciones muy extensas, de entre ocho y diez horas. Yo llego a mi casa y no quiero ni ver la hornalla del horno. Tengo el horno tapado con una frazada, no lo quiero ni ver. Cuando termine toda esta vorágine seguro voy a cocinar. Yo no me lo tomé en joda, me lo tomé en serio para tratar de aprender. Yo soy bastante anti-verdura y me encontré con muchas cosas que no conocía, empecé a probarlas…

Kapanga se identifica con el festejo y sus recitales llenos de energía.
Kapanga se identifica con el festejo y sus recitales llenos de energía.

-Mezclando la música con Masterchef… ¿Con qué compañero tenés más afinidad para llevártelo si necesitás que alguien te ayude para preparar un show, hacerlo en equipo?

-Fede Bal sabe mucho, con Moldavsky también o Boy Olmi, que ya no están en el programa pero creamos un vínculo en poco tiempo. Yo me acomodo, no tengo mucho problema de estar con alguien que no conocés. Yo me llevo bien con todos, hasta con Rocío Marengo. A mí me pedían que moviera un poco el avispero y ahí salió el ida y vuelta con Rocío. Charlamos para picantearla un poco, no es nada personal. Después si el público compra o no compra, si se lo cree o no… Es televisión, es un programa, no es la vida. Aprendí a jugar un rato, a tener una devolución, a tirar una frase, un chiste.

-¿Cuál es el tema de Kapanga que más te gusta interpretar en el escenario?

-Siempre digo la misma canción: “En el camino”. Hay más de 100 canciones, pero siempre que me preguntan una canción que me representa de Kapanga es esta.

-Nombrame un recital que digas: “este fue una locura, estalló”.

-El Bicentenario de Argentina en la nueva de julio. Un millón de personas. Récord. Todavía hoy me tiemblan las piernas cada vez que nombro eso.

-¿Cuánto tiempo te lleva elegir los looks para un show?

-Lo que encuentro en el placard que esté planchado y limpio, y combine gorra, remera y zapatillas.

-Me acuerdo una anécdota de hace años en Quilmes. Estaba tocando Árbol y vos supuestamente escuchaste la música, fuiste, te subiste al escenario y empezaste a cantar.

-Ciento por ciento verdad. De la plaza donde tocaban vivo a ocho cuadras. Yo había comido un asado en casa, escucho unas canciones de Árbol… Me salió agarrar el auto, ir hasta el lugar, subirme, cantar un tema, y quedarme a cantar cuatro o cinco temas más. Así con un montón de colegas. Tengo un personaje que es el “robador de estribillos”. Me pongo al costado del escenario de alguna banda, en el estribillo me voy al escenario, canto el estribillo y me voy. Mis colegas saben que cada vez que voy, voy a tratar de robar un estribillo. Robé a La Renga, La Mona, Los Piojos, Árbol, La Bersuit, Los Nocheros, La Sole, Pablito Lescano… Infinidad de bandas que pude colaborar.