Alberto Fernández volvió a mostrarse con Cristina Kirchner tras la escalada de tensión en el oficialismo por la derrota en las Paso y, entusiasmado con iniciar su tan esperado día 100 de gestión sin pandemia, presentó un proyecto de ley que apunta a reconstruir y potenciar la relación con el campo para generar exportaciones por 100.000 millones de dólares anuales.
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“Yo estoy sintiendo de que el día 100 ha llegado y ya no tenemos que hablar tanto de lo que no pudimos porque la pandemia nos impidió sino que tenemos que hablar de lo que debemos hacer para encontrar el rumbo y encontrar el futuro y construir la Argentina que nos hace falta”, dijo el Presidente al encabezar el acto en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, escoltado por la Vicepresidenta, y sus flamantes jefe de Gabinete, Juan Manzur, y ministro de Agricultura, Julián Domínguez.
Ese tramo del discurso presidencial resume las nuevas consignas para la campaña que ya emprendió el gobierno nacional y el oficialista Frente de Todos hacia las legislativas del 14 de noviembre. Y su reaparición con Cristina Kirchner busca dejar atrás las tensiones internas que se produjeron por la derrota en las primarias y que la propia Vicepresidenta se encargó de exponer con una dura carta pública en la que cuestionó el rumbo de la gestión.
Cristina Kirchner no habló en el evento, pero el jefe de Estado aprovechó su presencia y convocó a todos los sectores a “dejar de lado el desencuentro”. “Esta ley tiene que ver con eso, esta ley reivindica la cultura del encuentro, reivindica el diálogo, esta ley reivindica una mesa común para sentarnos y construir las políticas de Estado que hacen falta para que la Argentina sea el país que merecemos vivir”, aseguró.
“El camino es el camino que estoy reivindicando, el de la cultura del diálogo, del encuentro”, insistió el Presidente en el acto que coincidió con el inicio formal de la campaña hacia la próxima ronda electoral.
El proyecto de “Ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial”, tiene como objetivo potenciar la actividad de los sectores que integran la cadena “agrobioindustrial”, tal como la definió el ministro Domínguez, con un plan de trabajo hacia 2030.
La presentación se enmarca en una batería de medidas que la Casa Rosada lanzó para atender reclamos del campo y tratar de incentivar la actividad. Al respecto, en la víspera el Banco Central de la República Argentina anunció que las pequeñas empresas con actividad agrícola podrán acceder a las líneas de crédito de fomento a la inversión y formación del capital de trabajo, con tasas especiales de 30% y 35% respectivamente.
“Tengamos cuidado, no matemos a la gallina de los huevos de oro, al que está en el campo, que se rompe el alma, que sabe cosechar, que un año tiene sequía y otro, inundaciones”, dijo Domínguez para dar muestras de su compromiso para reconstruir la relación con los sectores rurales.
El ministro se mostró convencido en que la ley que se impulsó le dará “confianza y reglas de largo plazo a las inversiones del sector agroalimentario argentino”. “Creo que disparamos un sueño. Nosotros simplemente fuimos instrumento de los que nos propuso y planteó el sector”, dijo. Es que, según explicó el presidente Fernández, la iniciativa surgió de las deliberaciones que se llevaron adelante en el último año en el Consejo Económico y Social que condujo Gustavo Béliz.
“Esta ley encarna la participación de todos los intereses detrás de la cadena agroindustrial”, insistió Domínguez, para luego afirmar: “El trigo, el maíz y la carne son considerados bienes culturales argentinos y están en el centro de nuestras tradiciones. Nuestra obligación es cuidar el interés general y la seguridad alimentaria de los argentinos, por eso, nuestro deber es administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables de nuestra Nación”.
En la Casa Rosada indicaron que la propuesta tiene como misión potenciar de manera conjunta las áreas de producción, empleo, comercialización, exportaciones e inversiones, y busca otorgar previsibilidad a las cadenas de valor agrobioalimentarias con beneficios fiscales sujetos al incremento de la productividad.
Algunos de los objetivos específicos son incrementar las exportaciones de bienes y servicios agrobioindustriales, retomando el objetivo de alcanzar la meta de los 100.000 millones de dólares anuales, y crear 700.000 puestos de trabajo directos e indirectos.
Además, el proyecto contempla un camino ascendente en la producción, para llegar en 2030 a las 200 millones de toneladas de cereales, oleaginosas y legumbres.
Entre sus principales beneficios se incluyen la amortización acelerada y el menor tiempo en la devolución del IVA para nuevas inversiones, y la promoción de prácticas de cuidado ambiental y del suelo a través de la cesión de bonos correspondientes al 50 por ciento de la inversión como créditos fiscales.
Y también impulsa la promoción de la llamada semilla fiscalizada para especies hortícolas, cereales, oleaginosas y legumbres mediante un bono del 50 por ciento de la inversión como crédito fiscal.
La ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial
Por la corresponsalía de Buenos Aires.