Cristina Fernández de Kirchner logró mover algunas piezas del Gabinete nacional y mantuvo ministros clave, como Eduardo “Wado” de Pedro, acaso el motorizador de los cambios con su sorpresiva renuncia presentada el miércoles pasado. También logró sacar a Santiago Cafiero de la jefatura de Gabinete.
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En la carta del jueves en la que transparentó sus diferencias con el presidente Fernández, la vicepresidenta contó que le propuso en la reunión mantenida el martes en Olivos el cambio de Juan Manzur por Cafiero. El gobernador de Tucumán (uno de los pocos entre sus pares que salió airoso de las PASO) estuvo reunido ayer con Fernández. Casi al mismo momento en que se conocía el pronunciamiento público de Cristina Kirchner. Alberto Fernández, este viernes por la noche, accedió a la propuesta.
Fernández perdió a su Jefe de de Gabinete, pero también es cierto que Manzur fue desde la integración del Frente de Todos, uno de sus principales aliados. El gobernador es más “albertista” que “kirchnerista”. “Sé que sorprenderá mi propuesta, es de público y notorio las diferencias ya superadas que he tenido con quien fuera mi Ministro”, escribió Cristina Kirchner sobre Manzur.
El Presidente debió echar a su vocero, Juan Pablo Biondi, otro de los blancos de las críticas de Cristina Kirchner. La vicepresidenta lo acusó de hacer operaciones periodísticas en su contra. Una acusación irremontable. Retener a Biondi hubiese implicado un quiebre total en el Frente de Todos.
Distinta fue la suerte de Santiago Cafiero, quien nunca gozó de la simpatía del sector kirchnerista. Alberto Fernández convenció a Cristina Kirchner de mantenerlo entre sus colaboradores. Este viernes, Cafiero llegó al mediodía a la Casa Rosada, se cruzó al ministerio de Economía, regresó a la casa de Gobierno, que dejó por la noche.
Lo que sorprendió, en todo caso, es su nuevo lugar en el gabinete sea la Cancillería. Más sorprende por el hecho de que Felipe Solá, el ministro de Relaciones Exteriores viajó a México para participar de la VI cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). “Se enteró en El Salvador, viajando a México”, confió a Vía País una fuente de Cancillería. Solá siempre fue considerado un “líbero” dentro del Frente de Todos. Quizás esa falta de base de apoyo, lo haya convertido en una pieza fácil para sacrificar.
Las salidas de Sabina Frederic de Seguridad y Nicolás Trotta de Educación venían siendo demandas planteadas dentro del Frente de Todos por parte del kirchnerismo. Se solía apuntar a ellos como ejemplos de “los funcionarios que no funcionan”, la frase que acuñó Cristina Fernández del 27 de octubre del año pasado. Aníbal Fernández es una pieza de equilibrio entre los sectores del oficialismo; Jaime Perzyck, en Educación, responde al kirchnerismo.
Otro dirigente kirchnerista que se sumó es Daniel Filmus, el primer ministro de Educación de Néstor Kirchner. Va por Roberto Salvarezza, alguien también cercano a Cristina Kirchner.
Julián Domínguez remplaza al albertista Luis Basterra. Todos recuerdan que asumió en 2009, tras el tropiezo del gobierno de Cristina Fernández con la 125. Le reconocen que apaciguó los ánimos y su capacidad para tender puentes entre el Gobierno y el campo. Tiene un vínculo muy estrecho con la Iglesia Católica. Domínguez enfrentó a Aníbal Fernández en una feroz interna en 2015, para la gobernación bonaerense. Ahora compartirán el gabinete. “Dos peronistas de raza”, dijeron anoche en la Rosada.
Cristina Kirchner acordó con el Presidente la continuidad de dos ministros, que también están bajo la lupa crítica del kirchnerismo: Martín Guzmán y Matías Kulfas.
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La vicepresidenta, en su carta, negó haberle pedido la renuncia al ministro de Economía. Pero dejó en el escrito muy claro sus diferencias con el rumbo económico. “Confío, sinceramente, que con la misma fuerza y convicción que enfrentó la pandemia, el Presidente no solamente va a relanzar su gobierno, sino que se va a sentar con su Ministro de Economía para mirar los números del presupuesto”, escribió Cristina Kirchner, para reclamar menos ajuste en las cuentas del Estado.
Kulfas es otra figura antipática para el kirchnerismo. Lo blanqueó la diputada Fernanda Vallejos en uno de los audios que trascendieron. Fernández cree que su ministro de Producción está haciendo un buen trabajo y que eso se está reflejando en la incipiente reactivación económica. Esta vez pudo sostenerlo.
Alberto Fernández también mantuvo a otros tres hombres de su confianza: Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta y Matías Lammens.
El relanzamiento del Gabinete será motivo de conversación este sábado entre el Presidente y un grupo de gobernadores en La Rioja.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.