Continúan los esfuerzos por rescatar al grupo de mineros chinos atrapados hace 10 días. Este miércoles, equipos de emergencia intentaban ensanchar un conducto para poder extraerlos, ante la amenaza del aumento del nivel del agua.
El 10 de enero una explosión en una mina de oro en Qixia, en la provincia de Shandong (este), dejó atrapados a 22 trabajadores a varios cientos de metros bajo la superficie.
La explosión bloqueó la entrada del pozo y cortó las comunicaciones. Pero gracias a un cable introducido por un conducto excavado en la roca, los socorristas pudieron enviar víveres y medicamentos a 11 mineros, atrapados a 540 metros bajo tierra.
Otro hombre se encuentra 100 metros más abajo. El paradero de los otros 10 sigue siendo desconocido.
Los mineros fueron capaces de hacer llegar a la superficie dos mensajes escritos a mano, donde advertían del peligro por el aumento de las aguas subterráneas y señalaban que cuatro hombres resultaron heridos.
“Uno de los mineros quedó gravemente herido en la explosión y actualmente está en coma”, informó el miércoles a la televisión nacional Song Xicheng, subjefe de los equipos de rescate.
Por el momento, se ha conseguido perforar dos conductos, para enviarles comida, teléfonos, papel y productos de primera necesidad.
Y se está intentando ensanchar el más grande de ellos, del tamaño de una boca de alcantarilla, para poder extraer a los hombres, indicó la televisión.
Pero la dureza de la roca, sobre todo granito, impide que las operaciones avancen rápido, lamentó Chen Fei, alcalde de la ciudad de Yantai, de donde depende Qixia.
Con información de AFP.