Charlie Watts, quien falleció este martes a los 80 años, fue uno de los músicos más reconocidos en el mundo por ser el baterista de los Rolling Stones. Durante toda su vida, tuvo la compañía incondicional de su esposa, Shirley Ann Shepherd.
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La pareja se conoció antes de que se forme la legendaria banda de rock y se casaron en 1964, apenas un año después de que los Stones comenzaran a dar recitales. Poco después, arrancó el éxito en Gran Bretaña y se expandió al mundo entero. Pero ni los tours ni la locura del mundo de la música interfirió en la historia de Charlie y Shirley, que estuvieron juntos por 57 años.
Shirley Ann Shepherd nació en septiembre de 1938 y tiene 82 años. La británica dio a luz a Seraphina, fruto de su amor con el baterista, cuando tenía 30.
La leyenda de 80 años atribuyó su larga relación al hecho de que “no era realmente una estrella de rock”, algo que dijo en varias ocasiones. Al parecer, Charlie no se consideraba similar a sus compañeros, que vivieron vidas de lujo y muchas fiestas.
Sin embargo, en una época de su vida estuvo cerca de perder a Shirley: durante la década de los ochenta, se volvió adicto a las drogas y cayó en el alcohol, provocando la distancia en su relación.
“Creo que fue una crisis de mediana edad. Lo único que se es que me convertí en una persona completamente diferente en 1983 y salí de eso en 1986. Casi perdí a mi esposa y todo lo demás por mi comportamiento”, expresó en una entrevista.
Durante sus últimos años, Watts y su esposa vivieron en una granja de Dolton. El martes 24 de agosto, el baterista falleció pacíficamente en un hospital de Londres rodeado de su familia, según informaron representantes de la banda.
