El martes, tras algunos días de ocupación talibán en Kabul, capital de Afganistán, cientos de mujeres se movilizaron por las calles de la ciudad y se manifestaron en contra de las muchas opresiones de género que esta facción aplica sobre ellas.
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Rodeadas de talibanes armados, las mujeres se manifestaron con pancartas, gritos y aplausos, ante la mirada de muchos hombres que estaban en las calles.
Reclamaban nada menos que el respeto por sus derechos, el acceso a la seguridad social, la posibilidad de tener empleos, de acceder a la educación y de participar en la política del país.
“La guerra terminó, [el líder de los talibanes] perdonó a todo el mundo”, dijo el martes en una rueda de prensa el portavoz Zabihullah Mujahid. “Nos comprometemos a dejar trabajar a las mujeres de acuerdo con el respeto de los principios del islam”, añadió.
Pero en las primeras horas de la ocupación, los talibanes negaron a las mujeres el derecho a trabajar o incluso a salir a la calle sin un acompañante masculino de su familia y las escuelas para niñas fueron cerradas. Las mujeres acusadas de adulterio eran azotadas y apedreadas hasta la muerte y todas debían llevar el burka (velo integral) en público.
“Empecé el día mirando las calles vacías de Kabul, horrorizada”, escribió en redes sociales Fawzia Koofi, militante por los derechos humanos y exvicepresidenta del Parlamento afgano. “La historia se repite tan rápido”.
“El miedo se te graba, está ahí como un pájaro negro”, comentó por su parte Muska Dastageer, profesora en la Universidad estadounidense de Afganistán, inaugurada cinco años después de la marcha de los talibanes. “Abre sus alas y ya no puedes respirar”.
Repercusiones internacionales
Mientras, este miércoles la Unión Europea (UE) hizo un llamamiento a las autoridades de Afganistán a “garantizar la protección” de las mujeres y niñas afganas, así como su derecho a la educación, al trabajo y a la libertad de movimiento.
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En una declaración firmada conjuntamente con otros casi veinte países, el bloque comunitario subrayó que las mujeres y niñas afganas, “como todo el pueblo afgano”, merecen vivir con “seguridad y dignidad”, al tiempo que alertó de que cualquier forma de “discriminación y abuso” debe ser prevenida.
“En la comunidad internacional estamos dispuestos a darles ayuda humanitaria y apoyo, para garantizar que sus voces puedan ser escuchadas”, apuntó.
Asimismo,la UE advirtió que vigilará que cualquier futuro gobierno en el país de Oriente Próximo asegure los derechos y libertades que han sido “parte integral de la vida de las mujeres y niñas en Afganistán en los últimos 20 años”.
Al manifiesto se unieron también Albania, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Guatemala, Macedonia del Norte, Nueva Zelanda, Noruega, Paraguay, Senegal, Suiza y los Estados Unidos.
Con información de EFE.