El potente rock setentoso de Greta Van Fleet, el amable indie pop de Snow Patrol y el cuarteto cordobés de Carlos "La Mona" Jiménez conviertieron una variedad de ritmos y estéticas en la tarde de la tercera y última jornada del Lollapalooza, que se lleva a cabo en el hipódromo de San Isidro.
Con el buen clima como gran aliado, una multitud estimada en 100.000 personas comenzó a levantar temperatura desde temprano con el debut en este festival del icono del cuarteto cordobés La Mona Jimenez, quién con sus clásicos puso a bailar al público a todo ritmo.
"No se que pasa en esta ciudad", arrancó Jimenez para continuar con su histórico hit: "¿Quién se ha tomado todo el vino?".
Acto seguido, la banda irlandoescocesa Snow Patrol, que llegó al gran público gracias al uso de su tema "Chasing Cars", en la serie "Grey's Anatoly", hizo gala de un elegante indie pop que contó con varios adeptos.
Por su parte, Greta Van Fleet justificó las comparaciones que le hacen con Led Zeppelin, tanto para aquellos que lo hacen como elogio como para los que recurren a ese parangón para cuestionarlos.
Lo cierto es que su potente set significó un verdadero viaje al corazón rockero de los años 70.
Mucho más temprano había sido el turno de las mujeres, condenadas a horarios marginales en este festival, de la mano de dos propuestas antagónicas.
Por un lado, el cancionero con aires punk y comprometido de Barbie Recanati, y por otro el pop bailable de Lali Espósito.
Cómo para seguir en la línea del eclecticismo musical, se esperaba para más tarde los ritmos brasileños de la dinastía Veloso, de la mano del célebre padre Caetano; el trap local de Paulo Londres; y los platos fuertes del cierre con Lenny Kravitz y Kendrick Lamar.