El domingo pasado, un avión de la realeza británica aterrizó en Cuba en un viaje inédito. El príncipe Carlos y su esposa Camila, duquesa de Cornualles, protagonizaron la primera visita oficial de la Corona a la isla.
En su visita, el hijo de la reina Isabel II se reunió con el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, con la intención de fortalecer las relaciones entre el Reino Unido y la isla, como parte de una normalización más amplia de las relaciones del país con Occidente.
También hubo lugar al esparcimiento. El heredero de la corona británica recorrió las calles de la Habana Vieja, ciudad que fue colonia británica hace 257 años, acompañado por Camila y el reconocido historiador local Eusebio Leal, quien hizo de guía turístico.
En este contexto, inauguraron una estatua en honor al dramaturgo inglés William Shakespeare. El busto se encuentra ubicado en la calle Mercaderes, frente al Colegio Universitario San Gerónimo, en el corazón del restaurado centro colonial de La Habana. Se trata de "un momento histórico para los dos países", expresaron desde la embajada británica.