El ruralista Eduardo Buzzi, expresidente de la Federación Agraria Argentina, afirmó este miércoles que el campo apenas va a liquidar el 20% de la cosecha gruesa de soja, a diferencia de las expectativas del gobierno nacional.
"Si (el ministro de Hacienda) Nicolás Dujovne cree que van a caer dólares como maná en el éxodo del pueblo hebreo, me parece que está confundido, eso no va a pasar", afirmó el ruralista ante los temores del Gobierno por un eventual retraso en la liquidación de divisas.
Buzzi desestimó así las previsiones oficiales que esperan que la venta de la cosecha inyecte rápidamente dólares suficientes para al menos "planchar" el precio de la divisa y permitir un descenso en la tasa de interés antes de las elecciones de octubre.
"Ante las incertidumbres del tipo de cambio y de un año electoral, aún los grandes productores se van a autoproteger", opinó Buzzi y advirtió que la liquidación de los "supuestos" 30.000 millones de dólares de la cosecha que espera el oficialismo va a ser "a cuentagotas".
Según estimó el ruralista en declaraciones radiales, solo se va a liquidar la quinta parte de la cosecha. "Ese 20% va a hacerlo porque está obligado por la fuerza", ya que tienen compromisos que afrontar, como deudas a proveedores, pago de servicios y préstamos de semilla y fertilizantes.
La situación del campo
"El pequeño productor está jodido desde La Quiaca hasta Ushuaia", analizó Buzzi y lo adjudicó a las políticas de los últimos años que trajeron ajuste y pérdida de competitividad por aumento de costos internos, sumado a la sequía del año pasado.
"Ese coctel hizo que muchos productores lleguen endeudados con tasas de hasta el 70% y tengan la ilusión de que con esta cosecha podrán tapar los agujeros", explicó.
Sin embargo, fuera de esa región, en las economías regionales existe "una gran variedad de productores que están bien jodidos porque tienen todos los problemas de la devaluación y ninguno de los beneficios".
Según enumeró Buzzi, aumentaron los costos de insumos que están en dólares, la logística, el combustible y los peajes, mientras "encuentran un mercado interno con cada vez menor capacidad de consumo".