Manifestantes que protestaban en Paraguay contra la aprobación de un proyecto para habilitar la reelección presidencial ingresaron por la fuerza al Congreso y quemaron parte del edificio.
Unidades antimotines efectuaron disparos con balas de goma y utilizaron carros hidrantes para intentar de dispersar a los manifestantes, quienes arrojaron piedras y botellas contra las fuerzas del orden.
Hubo un muerto (un activista político opositor por una bala en la cabeza) y unos 30 heridos entre manifestantes y policías fueron reportados por los bomberos.
Con estribillos tales como "Dictadura nunca más", centenares de opositores ingresaron al edificio legislativo luego de destruir portones, vallas y ventanales.
Los incidentes se dieron luego de que un grupo de senadores oficialistas de Paraguay aprobara la reelección presidencial en una reunión a puertas cerradas en una oficina.