Una mujer de Herning, Dinamarca, fue condenada a 4 años de prisión por extraer, durante cinco años, sangre de su hijo y luego tirarla por el inodoro. Los psiquiatras hablan de un extraño síndrome que normalmente padecen madres.
Según consta, la mujer comenzó con esta extraña práctica cuando el niño tenía solamente 11 meses. En su declaración, la madre, que es enfermera, dijo: "No es una decisión que haya tomado de manera consciente", y agregó: "No recuerdo en qué momento comencé a hacerlo".
Sin embargo, reconoció que se había hecho una especie de hábito esta perversa actitud: Cuando le preguntaron qué hacía con la sangre que le sacaba a su hijo, respondió: "La tiraba por el inodoro, y las jeringas a la basura".
El hijo, que ahora tiene 7 años y vive con su padre, presentaba desde pequeño una extraña enfermedad intestinal. Los doctores que lo controlaban habitualmente no comprendían por qué el niño tenía tan poca sangre en su organismo y por eso, calculan, le realizaron más de 100 transfusiones en su corta vida.
Finalmente, decidieron investigar a la madre. Fue entonces cuando la mujer fue arrestada y condenada a 4 años de prisión por "maltrato agravado", ya que la vida de su hijo había corrido grave peligro.
Psiquiatras han coincidido en que la mujer sufre una variante del Síndrome de Munchausen, más conocido como "trastorno ficticio impuesto a otro", que lleva a la persona a inventar una enfermedad en sus hijos y a ponerlos bajo tratamiento médico innecesario.