Los activos de la Argentina siguen sometidos a una sangría que no se detiene en el exterior, y el indicador Riesgo País volvió a escalar hasta un récord en la era Macri, tocando los 829 puntos, más del doble que a hace un año, con un panorama incierto para hoy.
Operadores bursátiles porteños consultados ayer por VíaPaís expresaron preocupación por lo que pueda ocurrir en la apertura de este miércoles y durante toda la semana corta por los feriados de Navidad, tanto con los bonos como con las acciones argentinas.
No es un antecedente alentador lo ocurrido ayer en la bolsa de Tokio, donde el índice Nikkei 225 se hundió 5,01%. Las empresas niponas fueron víctima de las incertidumbres políticas y económicas en Estados Unidos, donde la oposición acusó al presidente Donald Trump de provocar el "caos".
Las Bolsas del mundo están a la baja por varias razones, entre las que se destacan la ralentización de la economía global, el conflicto comercial entre Washington y Beijing, el cierre parcial de la administración en Estados Unidos. Esta situación golpea principalmente a las economías emergentes, por la salida de capitales.
Agravantes locales
Al vertiginoso contexto internacional se suma que desde hoy quedan sólo tres días para que los inversores rescaten los Fondos Comunes de Inversión (FCI) con el objetivo de no pagar el impuesto a los Bienes Personales, lo que podría generar algunas tensiones en el mercado de cambios.
El lunes que viene los sabuesos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) empezarán un barrido por los saldos invertidos para cobrar el impuesto a los Bienes Personales.
Si bien los títulos públicos (ya sean nacionales, provinciales o municipales), los plazos fijos y los depósitos en caja de ahorro están exentos de dicho tributo, las tenencias en FCI deben pagar Bienes Personales, y la mayoría trata de evitarlo.
Con el telón de fondo de una ley echa a medida de la trampa, los inversores pueden rescatar sus FCI hasta el viernes y volver a ellos el miércoles 2 en enero. Mientras tanto, pueden comprar dólares, acciones, bonos o quedarse líquidos en una caja de ahorro.
Esto se dará en un contexto en el que las monedas de América Latina podrían perder terreno frente al dólar estadounidense en la semana corta, en medio de la volatilidad de los mercados que ha llevado a los inversores a abandonar activos de riesgo.
Y la Argentina hoy es uno de los países más riesgosos del mundo junto a Venezuela y Zambia: el riesgo país que elabora la banca estadounidense JP Morgan tocó el lunes los 829 puntos, un 130% por encima del nivel registrado en diciembre de 2017.
En paralelo, los papeles de empresas argentinas sufrieron fuertes bajas en Wall Street en la previa de Navidad: Mercadolibre perdió 10,1%; el banco Supervielle cayó 6,6%; y Pampa Energía retrocedió 6%.
Las acciones de las compañías argentinas cerrarán el viernes su peor año desde la crisis financiera internacional de 2008, cuando cayó el gigante estadounidense Lehman Brothers: registran pérdidas de hasta el 75% de su valor en dólares.
En ese contexto, el peso argentino podría fluctuar en base a las altas tasas que convalida el Banco Central, aunque el mercado estará pendiente del elevado costo que implica un nivel de riesgo país en máximos de cuatro años.
La esperanza Brasil
La consultora Ecolatina emitió ayer un informe en el que señala que la reciente suba de tasas de la Reserva Federal estadounidense y las dos adicionales para el año que viene van a afectar a la Argentina.
Pese a que en 2019 las necesidades financieras en moneda extranjeras se encuentran prácticamente cubiertas por desembolsos del FMI, en 2020 el Tesoro tendrá que salir a colocar bonos soberanos para hacer roll-over de los vencimientos de la deuda pública. Es decir, entregar bonos nuevos para recatar los que vencen.
Además, los mayores rendimientos en la economía norteamericana resultarían en una apreciación del dólar que podría presionar a la baja el precio de las commodities.
Y la suba de tasas norteamericanas afecta las proyecciones de crecimiento de la economía mundial, con su consecuente efecto negativo sobre la demanda de alimentos. De esta forma, los ingresos por exportaciones argentinas podrían verse impactados por ambas vías (precios y cantidades), según Ecolatina.
Las buenas noticias para la Argentina podrían llegar desde Brasil. El mayor dinamismo esperado para su economía, sumado a una posible apreciación del real, favorecerían una mejora en el intercambio bilateral.
De todas formas, sostuvo la consultora en su análisis, preocupa la posición que adoptará el país vecino en cuanto al Mercosur a partir de la presidencia de Jair Bolsonaro que se inicia el 1 de enero, aunque resulta difícil pensar en una ruptura en el corto plazo.