La economía argentina está “muy cerca” de tocar fondo y podría rebotar en marzo para anotar un salto importante en el segundo trimestre por el ingreso del grueso de una cosecha récord, aunque el proceso electoral sumarán un poco de “ruido” al despegue.
Así lo analizó en una entrevista con Vía País el economista Fernando Marengo, socio de la consultora Arriazu Macroanalistas. Explicó además por qué la Argentina fue el país emergente más afectado por las tensiones globales este año.
Hacia un 2019 en el que los argentinos deben elegir un nuevo gobierno, Marengo sostuvo que los inversores tienen algunas dudas sobre la continuidad de Cambiemos en el Poder e indicó que eso ya se está observando en los precios de los activos del país.
Se termina un año complejo…
La economía tenía un gran déficit externo a principios de año, explicado fundamentalmente por un rojo fiscal. La sequía hizo que el déficit externo se incrementara alcanzando a casi 7 puntos del Producto Bruto Interno. Y había que financiarlo…
¿Eso fue lo que se observó a partir de abril?
Cualquier déficit sólo es posible si alguien lo financia. Y con el déficit de cuenta corriente se depende del resto del mundo. Y lo que ocurrió a partir de abril es que el mundo decidió no seguir financiando ese nivel de desequilibrio de la economía nacional.
¿Esa decisión del mundo fue por la desconfianza en el país o por variables internacionales?
Hubo una combinación de factores externos. La suba de la tasa de interés en Estados Unidos, la apreciación del dólar en el mundo y la baja de precios de las materias primas. Esto le impactó al grupo de economías emergentes en general.
Pero a la Argentina le pegó como a ningún otro…
Efectivamente. El precio de las acciones en dólares cayó 20% en los países emergentes y 60% en la Argentina. El tipo de cambio se depreció más o menos 10% en los emergentes y en la argentina el dólar duplicó su valor. El riesgo país en el resto subió 300 puntos y aquí 600 puntos.
¿A qué se debió esto?
Hay un contexto internacional menos favorable, pero dentro de los emergentes la Argentina presentó un nivel de vulnerabilidad mucho más grande como consecuencia de ese déficit externo explicado por un abultado déficit fiscal.
¿Hay algo positivo tras la crisis?
Si uno se para al día de hoy, los déficits externo y fiscal son más chicos que hace un año y el tipo de cambio real es más competitivo. Esto no se dio por mérito propio sino porque se acabó el financiamiento. Todo esto demuestra que los grandes desequilibrios macroeconómicos que había se redujeron de una manera violenta.
¿Incidieron también los factores domésticos?
Los factores domésticos son los que le cambiaron al inversor las expectativas del riesgo en la Argentina y decidieron no seguir financiando. Eso empezó con la reforma de la ley de movilidad jubilatoria, en la que el inversor extranjero preguntaba sobre la gobernabilidad del país. Siguió con cambio de la meta de inflación en la que se preguntaba sobre la independencia del Banco Central. Y continuó con cuestiones de la propia coalición de Gobierno en la que había gente (la UCR) pidiendo retrotraer las tarifas a los niveles del año anterior, e incluso se sacó una ley y el Gobierno la tuvo que vetar. En el medio colocaron un impuesto a la renta financiera cuando la Argentina es un país deudor y necesita que lo financien. Y sobre todo eso, el día que el inversor extranjero quiso hacerse de dólares para irse de la economía, el Banco Central tuvo una intervención errática en el mercado de cambios.
¿Qué puede generar crecimiento el año que viene?
Hay menos desequilibrios macroeconómicos, pero primero el tema agropecuario: la cosecha del 2019 va a ser un 50% superior al de 2018. Esto tendrá un impacto directo en la actividad económica. Además, Brasil está creciendo y con el real apreciándose, lo cual nos permite poder venderle más a ese socio comercial.
¿Y por el lado de los ingresos de los argentinos?
Las jubilaciones, pensiones, Asignación Universal por Hijo y los salarios claramente perdieron frente a la inflación, pero deberían dejar de perder contra la inflación y se recompondría levemente el poder adquisitivo. Desde ahora se puede recuperar margen, pero sin poder volver a los niveles previos. En marzo los ingresos van a estar mejor que ahora.
¿Es posible que el consumo aumente mientras se intenta reducir la inflación?
Si se analiza por qué este año se llegó a una inflación superior al 45% se verá que la causa fundamental fue el salto cambiario. Pero sí, se puede aumentar el consumo mientras cae la inflación. Hay dos factores en esa hipótesis: se estabilizó el mercado de cambios y, en segundo lugar, se cumplen las metas fiscales. Esto permitirá los desembolsos del Fondo Monetario Internacional por lo que no habrá problemas de vencimientos de deuda a lo largo de 2019. El tipo de cambio no tendrá grandes sobresaltos el año que viene. Tarifas no sufrirán grandes ajustes. Por ello, la tasa de inflación se va a desacelerar.
El Gobierno dice que la economía podría rebotar en abril. ¿Hay margen para eso?
Siempre depende de los supuestos con los que se esté trabajando. Sobre los que trabajamos nosotros podemos decir que la recesión tocará fondo en el primer trimestre y luego empezará a recuperar. La comparación interanual va a seguir siendo negativa en enero y febrero. Pero cuando se compare mes contra mes, empezará a notarse una mejora. En el segundo trimestre ingresará la cosecha gruesa, con un crecimiento del PBI agropecuario del 40% o más. El tercer y el cuarto trimestre también se seguirá creciendo. Y en el promedio de los cuatro trimestres la economía puede arrojar entre estancamiento y 1% de crecimiento.
¿En qué momento tocaría fondo?
Creo que estamos próximos… en el verano. Si dibujamos la tendencia, se ve que estamos muy cerca. Pero creo que marzo va a ser mejor que febrero, enero y diciembre.
¿Qué generará el proceso electoral 2019?
Mete mucho ruido. Esto podría ejercer presiones sobre el mercado cambiario porque en la Argentina todos los procesos electorales se caracterizan por que los argentinos salen a comprar dólares ante la incertidumbre.
¿Es probable que esto pase el año que viene?
Sí, es probable que la gente intente cubrirse y esto generar algún movimiento del tipo de cambio. Lo que juega a favor de una u otra manera es que ya este año la Argentina tuvo un fuerte proceso de dolarización. Hay que ver cuánto más se puede dolarizar en 2019.
¿Las encuestas generan un ruido extra?
Lo que más daño hace es que el escenario se está planteando como binario, entre dos modelos económicos antagónicos. Entonces el inversor financiero ve que en un escenario tiene una tasa de retorno positiva, como el actual, y en el otro pierde todo. Entonces alguien que tiene que tomar una decisión en ese escenario binario con un horizonte inferior a un año, posterga todo proceso de inversión.
¿Eso es lo que está anticipando el mercado financiero con la caída de los activos argentinos?
Si se observan los precios de los activos en la Argentina están muy abajo. El precio de las acciones está por debajo del valor del libro de las compañías. El rendimiento de los bonos argentinos es extraordinarios. Esto es consecuencia de que la gente le da una probabilidad a los activos argentinos con un valor más cercano a cero.
¿Está en duda en el mercado la posibilidad de que Macri sea reelegido?
Claramente, el valor de los activos refleja que alguna probabilidad hay. No digo que va a perder. Digo que hay algún ponderador que indica un escenario de derrota o, más bien, de que podría venir un modelo económico antagónico.