"Siempre fuimos muy cuidadosos y no dejamos acercarse a nadie que pareciera enfermo o que no se hubiese lavado las manos. Nos preguntamos si recordábamos a alguien que, con ampollas, la hubiese besado, pero no y nunca lo hubiésemos permitido", afirmó Kelly Ineson, una mujer de Yorkshire, Inglaterra, que perdió a su bebé de apenas dos semanas de vida a causa de un herpes.
Ella y su marido, Thomas Cummins, salieron a contar su historia para concientizar a otros padres sobre la situación que tuvieron la mala suerte de atravesar. "He repasado cada detalle de lo que pasó una y otra vez, buscando con desesperación una respuesta a lo que sucedió pero no creo que la encuentre, y eso es lo que me está matando", contó Kelly a los medios locales. "Nunca, ni en mi peor pesadilla, me imaginé que un beso podría matar a mi bebé y no quiero que ningún otro padre tenga que atravesar por esto", aseguró.
Todavía no saben como Kiara contrajo el herpes, por el cual tuvo que ser puesta en coma farmacológico. Ya desde el principio el panorama era desolador y los médicos le adviriteron a los padres de que, en el caso de que la beba sobrevida, era muy difícil que lo haga sin ningún tipo de daño cerebral. Pero unos días después, ni siquiera eso: la infección se convirtió en una sepsis y la beba murió.
"Toda la familia vino a despedirse y luego nos dejaron a nosotros hasta el final", contpo Kelly y agregó que "no hay información suficiente acerca de esta enfermedad, ni siquiera en los profesionales de la salud. Todo lo que quiero es que tanto padres como doctores se eduquen acerca del virus simple del herpes y lo devastador que puede ser".
El herpes es altamente contagioso y existen dos tipos, ambos muy peligrosos para los bebés, ya que su sistema inmunológico todavía no está en condiciones de combatir el virus.