Después de posponerse en el día de ayer tras los incidentes que terminaron con integrantes del plantel de Boca heridos, la final de la Copa Libertadores aún está en vilo, y los jugadores de Boca afirman que no quieren jugar. Pero por ahora, la Conmebol asegura que el partido se jugará a las 17. Ante esa decisión el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño intenta reforzar el famoso operativo de seguridad que ayer fracasó.
Para el segundo intento, se agregarán más de 400 policías de la Ciudad para reforzar la custodia del Superclásico. Fuentes policiales revelaron que en las últimas horas se pidieron "unos 10 uniformados promedio por comisaría", entre las 15 comunales y las 28 vecinales que hay en la Capital Federal (los que totalizan unos 430 policías) y que a ellos habrá que sumarle algunos más de Prefectura Naval y Policía Federal para superar los 2700 uniformados abocados a la final de la Copa Libertadores de América.
Esos oficiales se sumarán a los previstos para el operativo de ayer, que fueron 1300 efectivos entre integrantes de la Ciudad, de la Policía Federal y de Prefectura Naval, y 900 empleados de seguridad privada, que totalizaron unos 2200. La cantidad no bastó para impedir los incidentes, y se pidieron refuerzos para hoy.
Ante la preocupación de los ciudadanos, que temen quedar expuestos, las autoridades explicaron que los uniformados que se sumarán al operativo no serán aquellos afectados a la tarea diaria de vigilancia en los barrios de la Capital Federal, sino los que estén en franco de servicio, de acuerdo con lo publicado por la agencia de noticias NA.
De esta manera, la cantidad de efectivos para esta tarde será de unos 1800 policías, entre miembros de la Ciudad, de la Federal y de Prefectura Naval, más los 900 vigiladores privados, informó La Nación. Resta saber si ahora, con el operativo reforzado, es suficiente para evitar nuevos incidentes.