Para los más de 1.300 miles de millones de habitantes de China, los cementerios de bicicletas se convirtieron en parte del paisaje que conforma sus ciudades. Es que, según publicó Clarín, desde hace dos años, este tipo de vehículos se convirtió en un problema para la población de todo el país: en 2016, empresas de alquiler de bicicletas, como Ofo, Bluegogo, Gobee y Mobike, invadieron la ciudad. Rápidamente la oferta superó la demanda, y con la quiebra de muchas de esas compañías, las bicis quedaron abandonadas en las calles.
En este contexto, el gobierno local tuvo que desecharlas y aplicar distintas políticas públicas como reglamentar la actividad, limitar el número de bicicletas permitido en la ciudad y crear gigantescos predios para depositarlas y que no obstruyan la vía pública.