Unas 200 ballenas piloto encallaron este sábado en Farewell Spit, en Nueva Zelanda, pese a los esfuerzos de centenares de voluntarios, un día después de que otros cientos de estos cetáceos murieran varados en la playa.
"A pesar de los esfuerzos hechos por todos para evitar nuevas pérdidas (...), unas 200 ballenas piloto que nadaban libremente encallaron", declaró Herb Christophers, portavoz del departamento de protección de Medio Ambiente (Department of Conservation, DOC).
Unas 300 ya habían muerto cuando fueron localizadas, y cerca de 500 voluntarios intentaron entonces salvar a las ballenas supervivientes poniéndolas a flote.
Las ballenas piloto, también conocidas como calderones, llegan a medir hasta seis metros de largo y son la especie más común en Nueva Zelanda.