El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva despidió hoy a su mujer, Marisa Letícia Rocco, en un funeral del cual participó buena parte de la clase política de aquel país, a lo que varios medios calificaron como una "tregua" entre gobierno y oposición, mientras otros quisieron verlo como una supuesta reconciliación.
La ceremonia fúnebre se realizó en Sao Bernardo de Campo, un municipio del cordón industrial del estado de San Pablo, en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de la región industrial conocida como ABC, del que surgió Lula como líder gremial y luego político.
En un principio, el velatorio fue restringido a familiares y amigos, pero luego se abrió al público. Entre los asistentes estuvo la ex presidenta Dilma Rousseff, que volvió especialmente de una gira en Francia, el pastor evangélico y gobernador de Rio de Janeiro, Luiz Fernando Pezao y su par de Minas Gerais, el petista Fernando Pimentel.
El actual presidente Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), no estuvo en la ceremonia, aunque el jueves ya había visitado a Lula en el hospital.
Las visitas de Temer y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, ambos contendientes políticos de Lula y del PT, abrieron la puerta para lo que varios medios del país ya denominaron una "tregua", según indicó la agencia de noticias DPA.