Este viernes aumentó a 20 el número provisional de fallecidos por un potente sismo que sacudió a Hokkaido, la principal isla del extremo norte de Japón. Además, en una pequeña localidad 12 personas continúan desaparecidas luego de que toda la ladera de una montaña colapsara sobre sus viviendas.
La región afectada recupera lentamente los transportes y la electricidad, mientras que casi la mitad de las casas de la isla ya tienen luz un día después de haber sufrido apagones generalizados en toda la zona. Funcionarios locales dijeron que la situación podría volver a la normalidad durante el fin de semana, aunque las reparaciones en la principal planta eléctrica de Hokkaido podrían demorarse hasta una semana.
Unos 22.000 efectivos y 75 helicópteros estaban movilizados para las operaciones de rescate y para ayudar a los damnificados, muchos de los cuales esperaban ante supermercados y estaciones de servicio para hacerse con provisiones.
Los rescatistas trabajaban con perros rastreadores, topadoras y palas para retirar las toneladas de barro y los escombros generadas por el potente sismo de magnitud 6,7 que estremeció a la isla en la madrugada del jueves. Sin embargo, la tarea se dificultaba por las réplicas del terremoto.
"Muchas personas siguen sepultadas bajo la tierra, trabajamos sin descanso pero los esfuerzos de rescate son difíciles", comentó un militar de las Fuerzas de Autodefensa (SDF) a la cadena de televisión NHK.
Tras más de un día excavando, no se reportó la aparición de sobrevivientes en las casas aplastadas ubicadas a las afueras de la localidad de Atsuma, cerca del epicentro del movimiento sísmico.
En el interior de Atsuma, una comunidad costera de alrededor de 4,600 habitantes, a última hora del viernes continuaban sin electricidad y los comercios permanecieron cerrados.
"No hay suministros por lo que la tienda no puede funcionar. Es duro", señaló Yasuhiro Kurosaki, dueño de un supermercado local.
En tanto en Sapporo, la mayor parte de los 1,9 millones de habitantes ya cuenta con los servicios básicos. Asimismo, el tren bala reanudó sus trayectos y el aeropuerto de Chitose volvió a funcionar.
Aunque el número de víctimas mortales fue relativamente bajo en la ciudad, en algunas zonas los daños fueron graves, con casas destrozadas y rutas destruidas y/o hundidas.
"Esto es impactante. Siempre caminaba por esta calle y nunca pude imaginar que podría colapsar de esta forma", dijo el residente Sumi Noriyuki. "Pero, siendo positivos, imaginé que estuviese caminando por aquí cuando esto ocurrió. Podría haber muerto. Así que pienso que tengo suerte en esta situación desafortunada".
Según el ministro de Economía, Comercio e Industria, Hiroshige Seko, se tardará al menos una semana en devolver la electricidad a todas las comunidades afectadas por los daños registrados en la de energía térmica de Tomato-Atsuma, de la que sale la mitad de la electricidad de Hokkaido.
El trágico terremoto se produjo justo después de un tifón que volcó camiones y provocó graves inundaciones en el oeste del país, dejando los principales aeropuertos cerca de Osaka y Kobe cerrados luego de que un mercante chocara contra el puente que conecta la infraestructura con tierra firme.
Se registraron varias réplicas tras el sismo pero no se emitió alerta de tsunami, indicó la Agencia Meterológica de Japón.
Unos 4.900 soldados participan en las tareas de búsqueda y rescate en las zonas afectadas y el Gobierno planea aumentar la cifra a 25.000, dijo el primer ministro Shinzo Abe durante una reunión de su gabinete esta mañana.