Rosa Sabena, la madre de Nicolás, un joven desaparecido en Río Cuarto en el 2008, recibió su título de abogada y se matriculó para ejercer la profesión.
La mujer comenzó a estudiar Derecho para poder entender y participar activamente en la causa contra la familia Vargas, hoy condenada por la desaparición.
Se decidió a cursar en momentos en que la Justicia había dispuesto la libertad de los sospechosos, vinculados al submundo del delito y la droga.
Rosa Sabena se ocupó personalmente de revisar el expediente, realizó un entrecruzamiento de llamadas y descubrió que la propia Policía le avisaba a los Vargas antes de allanarles su vivienda. Por este motivo Sabena impulsó pedido un jury contra el primer fiscal que intervino en el caso.
Rosa Sabena, con el apoyo del asesor letrado de Tribunales, René Bossio, consiguió en el 2014 que los Vargas sean condenados por secuestro coactivo. La madre está convencida de que deberían ser juzgados por asesinato, porque los restos de Nicolás nunca aparecieron.