La inquietud crece en Alemania por la sucesión de manifestaciones violentas de la extrema derecha en el este del país, tras la muerte de un alemán de origen cubano en la localidad de Chemnitz.
El contexto actual es mucho menos crítico que la situación en la Alemania del periodo de entreguerras. Pero el ambiente en este país es cada vez más tenso tras "la caza colectiva" contra inmigrantes protagonizada por militantes de extrema derecha el domingo en las calles de Chemnitz, en el este de Alemania, y otra concentración violenta el lunes, en la que varios manifestantes hicieron el saludo nazi.
Seis personas resultaron heridas en esta misma ciudad el lunes por la noche durante confrontaciones entre manifestantes ultraderechistas y contramanifestantes de la izquierda radical.
"Se cometió un horrible crimen, por el que fueron detenidos sus presuntos responsables", apuntó la jefa del Gobierno alemán, respecto al detonante de esos incidentes y las sospechas posteriores sobre un sirio y un iraquí como posibles responsables.
Los pensamientos de todos "están con los familiares de esa víctima", añadió Merkel, al responder una pregunta sobre ese asunto en una conferencia de prensa y se remitió a la condena emitida ya ayer por el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
En Alemania "no puede haber lugar" para la "incitación a la violencia xenófoba", insistió Merkel, para referirse a continuación a la oferta de su ministro del Interior, Horst Seehofer, de enviar refuerzos policiales a Sajonia, el estado federado de Chemnitz, si las autoridades regionales lo precisan.
En tanto, el jefe del gobierno de Sajonia, Michael Kretschmer, advirtió en una rueda de prensa de que el "Estado sigue teniendo el monopolio del uso de la fuerza" y que semejantes ejemplos de tomarse la justicia por su mano como los vistos en Chemnitz "no son tolerables" en la sociedad y en un Estado de derecho.
Otra manifestación, la tercera en los últimos días, está llevándose a cabo en Dresden, una ciudad cercana a Chemnitz y la capital del estado de Sajonia, en el que la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fue la primera fuerza en las elecciones legislativas del año pasado.
Las manifestaciones en Chemnitz fueron impulsadas por AfD, el movimiento islamófobo Pegida, surgido en esta región oriental, y otros grupúsculos aún más extremistas.
"En Chemnitz, se constituyó una alianza bastante increíble entre hooligans, neonazis, AfD y los militantes de Pegida. Los actos violentos muestran que estos movimientos tienen el mismo patrón, todo ello en un ambiente cada vez más xenófobo y agresivo", analizó la directora de la Fundación Amadeu Antonio contra el racismo en declaraciones a la cadena de televisión n-tv.
El partido socialdemócrata, que forma parte del gobierno de coalición de Merkel, mostró su preocupación por la radicalización ideológica en Alemania.
"En nuestro país, hay un pequeño sector de extrema derecha que utiliza todos los pretextos para llevar a la calle sus sueños de violencia y de un ambiente de guerra civil", denunció el dirigente socialdemócrata Burkhard Lischka al diario Rheinische Post.
La policía sajona abrió hoy investigaciones por la exhibición del saludo hitleriano y otros símbolos nazis en la manifestación ultraderechista de ayer en Chemnitz, que acabó con nueve heridos entre sus participantes y otros nueve entre los contramanifestantes, según datos provisionales.
Las investigaciones se centran en diez casos concretos en que se mostró el saludo brazo en alto, indicaron en Twitter fuentes policiales en relación con la marcha neonazi, que por momentos pareció desbordar la capacidad de reacción de la policía, que contó con un despliegue de 600 agentes, La concentración neonazi había congregado a 6.000 personas, mientras que la de signo contrario reunió a unos mil seguidores, según informó el ministro del Interior sajón, Roland Wöller.
Ambas convocatorias siguieron a una primera marcha de 800 personas el domingo por la tarde, organizada a través de las redes sociales entre hooligans y ultraderechistas de la región, llamando a "limpiar" la ciudad de extranjeros.