El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó este lunes drásticamente las previsiones de crecimiento económico de Argentina al 0,4 % en 2018 y 1,5 % el próximo, en gran parte debido al importante ajuste fiscal acordado dentro del plan de ayuda financiera tras la depreciación del peso en mayo y junio.
"El crecimiento en Argentina se proyecta que se vuelva negativo en el segundo y tercer trimestres de 2018", señaló Alejandro Werner, director del Fondo para Latinoamérica y el Caribe, en su actualización de las perspectivas regionales.
Agregó que "mientras la sequía redujo la cosecha agrícola, las presiones sobre la divisa de mayo y junio han pesado sobre la inflación y la confianza de los inversores, y creado la necesidad de mayores políticas de ajuste monetario y fiscal".
Por ello, Werner indicó que se espera que el crecimiento se "frene" al 0,4 % este año y se produzca una "gradual recuperación" en 2019 y 2020, apoyada por "la restauración de la confianza bajo el programa de estabilización del Fondo, menores costes de capital, menor inflación y una fuerte demanda de exportaciones".
En abril, el organismo dirigido por Christine Lagarde había situado las estimaciones de expansión de Argentina en el 2 % para este año y el 3,2 % el próximo, antes de conocerse el plan de rescate de 50.000 millones de dólares y tres años de duración.
Al anunciar en junio el alcance de este acuerdo con el FMI, el Gobierno argentino presidido por Mauricio Macri se comprometió a desarrollar un programa con metas fiscales ambiciosas que, además de ese déficit del 2,7 % del PIB para 2018, establece un objetivo del 1,3 % para 2019, equilibrio primario en 2020 y superávit presupuestario del 0,5 % en 2021.