La discusión que se plantea hoy entre el Ejecutivo nacional y las provincias opositoras se centra en el presupuesto de la Nación: Los gobernadores opositores no quieren que los fondos nacionales beneficien a los hogares de Buenos Aires y el conurbano.
El Estado nacional destina más de $ 120.000 millones anuales en subsidios para la generación eléctrica, aguas y transporte de pasajeros y parte de ese dinero le corresponde a las provincias. Por su parte, la provincia de la gobernadora María Eugenia Vidal está cerca de aceptar el cambio de jurisdicción de Edesur y Edenor: Pasará de la órbita nacional al territorio bonaerense y porteño, en un esquema que aún no se ha definido. Esa transferencia no representará ahorro para los gobernadores opositores.
Según el artículo publicado por Martín Bidegaray de Clarín, el Estado ya no subvenciona a las distribuidoras Edenor y Edesur, pero sí lo hace en el costo de generación eléctrica. Es decir la luz que las empresas llevan a hogares y comercios. El dinero es para la electricidad que usan todas distribuidoras de todo el país, no solo las de Buenos Aires.
A su vez, el Ministerio de Transporte, dependiente del Poder Ejecutivo nacional, también subsidia a las líneas de colectivos que circulan por la ciudad de Buenos Aires y el conurbano con más de $ 3.000 millones mensuales. A ese coso se le suma el combustible y las paritarias, además de los gastos corrientes relacionados con el funcionamiento de las líneas de trenes.
El conflicto se genera porque ese traspaso de gastos sin los subsidios genera inconvenientes en las finanzas provinciales. El boleto de colectivo es más barato en Buenos Aires que en el interior. Las líneas de trenes metropolitanos cuentan con subvenciones para aliviar los bolsillos del conurbano.