Razones de austeridad presupuestaria, no de malestar dentro de las Fuerzas Armadas por el tema salarial, son los motivos del traslado a Tucumán del tradicional desfile militar del 9 de Julio que se hará el lunes próximo.
Así lo aseguró el ministro de Defensa, Oscar Aguad, en declaraciones que hizo este jueves por la noche a VíaPaís.
La decisión de trasladarlo a Tucumán desde la ciudad de Buenos Aires, donde al igual que desde 2016 preveía hacerse sobre dos kilómetros de la avenida del Libertador, en una de las zonas más exclusivas de la capital, se tomó para reducir costos, pero también para que el presidente Mauricio Macri no volviera a estar ausente en el acto central por una fecha patria.
Es que el 20 de junio pasado no asistió al acto en el Monumento a la Bandera en Rosario por razones de seguridad, se informó oficialmente, aunque trascendió que lo hizo para no exponerse a manifestaciones de reprobación por su gestión.
“La decisión (de trasladarlo) está en línea con la actitud del Gobierno de administrar con la mayor austeridad posible los recursos disponibles”, explicó Aguad. El desfile que se preveía hacer en la Caba iba a costar unos 10 millones de pesos con la participación de unos 5 mil efectivos de las tres fuerzas, en tanto que en el de Tucumán, con la presencia confirmada de Macri, habrá unos 300 y sólo del Ejército, precisó.
Y después se encargó de subrayar, a manera de contraste, que "el más grande" será en Córdoba, con unos 2.500 efectivos, "pero ese lo paga el gobierno de la provincia".
Aguad negó, por otra parte, que en la decisión de sacar el desfile del ámbito capitalino tuviera que ver con una evaluación política: el hecho de que el mismo lunes, en el Obelisco, se realizará una multitudinaria concentración similar a la del 25 de Mayo.
Bajo la consigna "la Patria no se rinde" y "No al FMI", la reunión es convocada por el mismo grupo de actores que lo hizo el 25, con el apoyo organismos defensores de los derechos humanos, entre ellos Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; sindicatos y centrales opositoras y los movimientos sociales.
"De ninguna manera es un tema político, es un tema de plata", insistió el ministro. "Yo tengo el tema obligatorio del submarino (Ara San Juan, desaparecido desde hace casi seis meses), que es una fortuna lo que me cuesta, llevo gastados mil millones de pesos ahí. Y los recursos que quedan hasta fin de año son escasos. Por eso, cuentagotas, estamos cerrando todas las canillas".
No obstante desechar que el tema salarial en las Fuerzas Armadas haya sido el motivo del traslado, el titular de Defensa reconoció que hay “un malestar” entre los militares por lo que definió como un “caro error técnico entre el llamado blanqueo y la jerarquización”, pero que “lo estamos subsanando”.
Aguad admitió: "No tuvimos en cuenta el desfasaje que producían las sumas fijas, que en las Fuerzas Armadas no están autorizadas porque se desjerarquizan los cargos: un mayor pasaba a ganar más que un coronel".
Es que según una resolución conjunta de Defensa y Hacienda que se publicó el martes pasado en el Boletín Oficial, el aumento salarial fue diferenciado: mientras los oficiales inferiores recibieron un incremento de 8 por ciento, los superiores (desde teniente coronel en el Ejército y su equivalente en las otras dos fuerzas) percibieron una suma fija de 2 mil pesos desde el 1 de julio y de 4.500 pesos desde el 1 de agosto.
El ministro no quiso finalmente anticipar de cuánto será el aumento salarial para los militares, “pero será un buen aumento. Las Fuerzas Armadas están muy por debajo de las de seguridad porque fueron estigmatizadas durante los últimos diez años. Un general gana menos de la mitad de un comisario de la Policía Federal”.