Camila es de San Justo y tiene 16 años. Hace unos días, se animó a mostrar sus fotos para denunciar el denominado "body checking", una peligrosa práctica que consiste en analizar los cambios en el propio cuerpo cuando se reduce la alimentación.
La adolscente publicó las imágenes del momento en que se encontraba con un grave cuadro de anorexia. El día que las compartió estaba contenta porque, tras un gran esfuerzo en su tratamiento, le permitieron volver a las clases de danza.
Tenía 13 años cuando empezó a experimentar los signos de anorexia: "Primero empecé a comer sano pero me miraba en el espejo y no notaba ningún cambio. Pesaba 45 kilos y me propuse pesar 40", contó la joven.
Luego, agregó: "Como mis papás trabajaban de tarde y no me veían, aprovechaba para no comer. Cuando te enfermás, vas armando estrategias: a la hora de la merienda me hacía la dormida y los fines de semana simulaba que dormía hasta el mediodía y evitaba el desayuno".
Y sumó que "el problema era cada vez peor" porque "al principio le tenía miedo a un alfajor o a una porción de torta, después a un tomate". Todo este cuadro, la llevó a alejarse de amigos y familiares. "Lloraba todo el día. No quería ir más al colegio, sentía que no podía seguir con mi vida. Quería desaparecer", dijo.
Después de varios años, Camila decidió comenzar un tratamiento en la Fundación La Casita. "Llegué pesando 38 kilos, ya usaba ropa de nena. Tenía que anotar todo lo que comía pero seguía mintiendo. Cuando me pesaban, salía a la luz", comentó.
"A la anorexia no la cura el tiempo, al contrario, el tiempo la empeora, porque la enfermedad siempre encuentra un hueco para meterse. No esperen a llegar a un extremo para pedir ayuda", alertó.
Con respecto a como está hoy, contó: "Hoy aprendiendo a separar lo que me pasa de la comida. A ser más flexible, a no ser tan rígida ni tan detallista. A cambiar los pensamientos, a aceptar que no puedo tener el control de todo, a no gastar tanta energía en la perfección, a lo importante que es estar nutrida para tener una linda vida y crecer. En un cuerpo de nena chiquita, no podés crecer".