El cuñado del rey de España, Iñaki Urdangarin, ingresó este lunes a prisión para cumplir la condena de cinco años y 10 meses de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo español por el caso de corrupción Nóos, el escándalo que sacudió los cimientos de la monarquía española.
Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, entró a primera hora de la mañana, sobre las 8 hora local (las 3 en la Argentina) en la prisión de Brieva, provincia de Ávila, horas antes de que venciera el plazo otorgado por la justicia española, según informó el organismo oficial Instituciones Penitenciarias.
El cuñado del rey ingresó a prisión para cumplir con la sentencia firme del Tribunal Supremo, que lo condenó la semana pasada a cinco años y 10 meses por delitos de malversación, fraude, prevaricato, y tráfico de influencias, entre otros.
El exjugador profesional de handball, de 50 años, se convirtió así en el primer familiar de la monarquía española en entrar en la cárcel, 12 años después de que estallara el escándalo de corrupción por el que también fue a juicio su esposa y hermana del rey, la infanta Cristina, quien resultó absuelta, aunque tuvo que pagar una multa de 136.950 euros por haberse beneficiado del dinero público que se apropió su marido.
"El Estado de Derecho ha funcionado, los tribunales han funcionado, la Ley es igual para todos", aseguró hoy la Ministra de Justicia de España y ex fiscal, Dolores Delgado.
Tras el ingreso a prisión, como ocurre con todos los reclusos, Urdangarin debe ser evaluado a nivel psicológico y físico, para determinar el régimen de vida carcelario.
Cuando cumpla una cuarta parte de la condena, superados los 17 meses, el cuñado del rey Felipe VI podrá comenzar a pedir permisos penitenciarios.