Cuando uno visita Barcelona, además de visitar el Camp Nou, hay una parada indispensable: la Sagrada Familia, una inmensa basílica diseñada por Antoni Gaudí. Sin embargo, pese a que su construcción comenzó en 1882, está lejos de terminarse.
Al comparar su obra con otros edificios, Gaudí estimó originalmente que la construcción duraría siglos. La del Notre Dame tomó 182 años; la de San Pablo de Londres, 200; y la de Colonia más de 600.
"No le es posible a una sola generación de alcanzar todo el Templo. Dejemos, pues, una tan vigorosa muestra de nuestro paso de modo que las generaciones que vengan sientan el estímulo de hacer otro tanto; y por otro lado no los atemos para el resto de la obra (...). Hemos hecho una fachada completa del Templo para que su importancia haga imposible dejar de continuar la obra", afirmó.
Durante los primeros años de la obra, esta marchó según estaba planificado, aunque en 1914 enfrentó problemas económicos que casi ponen fin al sueño de Gaudí, y desde entonces se concentró exclusivamente en él.
Pero en 1926 ocurrió algo que nadie esperaba: camino a la Iglesia de San Felipe Neri, Gaudí fue atropellado por un tranvía. Fue confundido por un mendigo, por lo que nadie lo socorrió hasta que un guardia civil paró un taxi que lo llevó al hospital, donde murió el 10 de junio a los 73 años. Fue enterrado en la capilla de Nuestra Señora del Carmen de la cripta de la Sagrada Familia. Para ese entonces, un cuarto de la obra estaba completada.
Tras el alzamiento militar de 1936, grupos anarquistas incendiaron la cripta, por lo que se destruyeron el taller en el que Gaudí había trabajado y la mayoría de sus documentos, planos y maquetas.
Según explicó a BBC Jordi Coll, arquitecto director de proyectos en la Sagrada Familia, la construcción fue detenida hasta 1944 debido a que "después de la Guerra Civil había muy poco dinero, y el poco que había se dedicó a restaurar los modelos para recuperar el proyecto. Era casi una labor arqueológica, buscando trozos, coincidencias, y evidentemente había continuadores que no habían muerto y podían buscar las partes".
Desde entonces, varias generaciones de arquitectos han trabajado en la Sagrada Familia, intentando interpretar los diseños de Gaudí a partir de los pocos restos de maquetas que sobrevivieron. También ha habido dificultad en conseguir financiamiento, ya que se construye gracias a donaciones y aportes.
"Con los modelos podemos sacar datos suficientes como para reconstruir las superficies, pero a veces no hay suficientes trozos para organizar un modelo. Pero de ellos podemos sacar puntos por coordenadas, y con los programas paramétricos, podemos montar parte del modelo y buscar cómo era el modelo que él tenía", agregó Coll.
Según explicó Jordi Faulí, arquitecto director de la catedral, el uso de tecnología 3D permitió que varias partes del proyecto puedan realizarse con yeso. "Cuando nos preguntan cuándo estará acabado decimos que es posible en el 2026, con los recursos disponibles es posible y porque entonces se cumplen 100 años de la muerte de Gaudí".