El líder norcoreano, Kim Jong-un, proclamó este lunes en su tradicional discurso de Año Nuevo que Corea del Norte se convirtió en potencia nuclear en 2017 y se dirigió en tono amenazante a los Estados Unidos.
El mandatario asiático abogó por incrementar la producción de armas nucleares y de misiles balísticos: "Este año debemos centrarnos en la producción masiva de ojivas nucleares y misiles balísticos y acelerar su despliegue".
Kim, vestido con traje y corbata gris, celebró en su mensaje televisado que su país "logró la meta de completar su fuerza nuclear estatal" y, por eso, advirtió a Estados Unidos que "no se atreva a iniciar una guerra ahora porque siempre hay un botón nuclear en mi escritorio".
"Esto es una realidad, no una amenaza", dijo el máximo líder norcoreano, quien repitió una y otra vez que su arsenal sólo será utilizado cuando exista una amenaza de invasión o un ataque.
Desde que comenzó la escalada con el presidente norteamericano Donald Trump, este año, Pyongyang ha dejado bien en claro que sus programas de armas buscan crear un equilibrio de poder con Washington y evitar un ataque del gobierno norteamericano.