Es modelo y actriz estadounidense y nunca pensó que por ponerse un tampón iba a terminar sin una pierna.
Se llama Lauren Wasser, tiene 29 años y fue durante su menstruación cuando desarrolló el síndrome de shock tóxico (TSS, por su sigla en inglés), que es causado por una toxina producida por algunos tipos de bacterias estafilococos.
El hecho sucedió en octubre de 2012, cuando tenía 24 años, cuando Wasser llevaba una vida saludable, nada fuera de lo común.Poco recuerda de ese miércoles que tuvo 41 grados de fiebre, sufrió un ataque al corazón y fue hospitalizada en coma inducido.
Wasser perdió parte de su pierna derecha y los dedos de su pie izquierdo y ella denuncia que fue por usar tampones. "Simplemente la perdí. Grité y lloré. Soy una atleta, mis piernas lo eran todo. No tenía idea de cómo sería mi vida sin ellas", contó en una entrevista para The Washington Post.
En InStyle, la modelo cuenta en primera persona lo que vivió. "Estaba en mi período. Esa mañana, me quedé sin tampones y fui al supermercado. Me desperté sintiéndome un poco mal, pero lo atribuí a que era el comienzo de la temporada de gripe, así que no pensé mucho en eso. Uno de mis mejores amigos tenía su fiesta de cumpleaños esa noche", comienza.
"Después de cambiar mi tampón nuevamente por la tarde empecé a sentirme peor, pero reuní suficiente energía para levantarme de la cama y tomar una ducha. Antes de ir a la fiesta, cambié mi tampón una vez más. Después de llegar al restaurante, recuerdo haber oído a mi amigo decir: 'Lauren, no te ves tan bien'. En ese momento, sentí como si un camión me hubiera golpeado", continúa.
"Las letras TSS que una vez leí en la letra pequeña en el fondo de las cajas de tampones pronto llegaron a definirme. TSS: una complicación potencialmente mortal de ciertos tipos de infecciones bacterianas. La vagina es la parte más absorbente del cuerpo de una mujer, y colocás en ese lugar un tampón que puede traer consigo químicos, toxinas", agrega Wasser.
"Dicen que es raro, y por mucho tiempo me sentí sola siendo una víctima de TSS. No solo dejó heridas físicas sino mentales. Luché contra el trastorno por estrés postraumático y caí en una depresión oscura después de lo que sucedió. Me derretí en mi cama, y la vida simplemente se detuvo", sostuvo la luchadora, que hoy se dedica a difundir su mensaje por todo el mundo.