Los independentistas recuperaron este jueves la mayoría absoluta en las inéditas elecciones de Cataluña, planteadas como un nuevo plebiscito de secesión tras la intervención de la región por parte del Ejecutivo español, pero a la vez mostraron una honda fractura, al haber obtenido más votos y escaños los "unionistas" de Ciudadanos.
La idea de que el conflicto de secesión se iba a dirimir en las urnas quedó sepultada tras los resultados, cuando el presidente catalán depuesto, Carles Puigdemont, dejó claro desde su "autoexilio" en Bruselas, que no abandona la vía rupturista.
"El Estado español ha sido derrotado. Rajoy y sus aliados han perdido", remarcó el líder secesionista, quien en su condición de "presidente legítimo" exigió la "restitución" de su gobierno y la libertad de los independentistas que están en prisión.
El caso es que Puigdemont tendría que regresar a Barcelona para ser investido otra vez como presidente, pero como está vigente la orden de detención en su contra en cuanto pise territorio español podría ser detenido y enviado a prisión.
Con una participación récord que llegó al 81,94 por ciento, Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos y abanderada del voto antinacionalista, se convirtió en la más votada, al obtener un 25,3 por ciento de los sufragios y 37 diputados, superado el 99 por ciento del escrutinio.
No obstante, su victoria "histórica" para el bloque "constitucionalista" no le alcanza para sumar una mayoría alternativa capaz de frenar al independentismo.