Solo 17 años tenía Wang Shangk cuando decidió vender uno de sus riñones en el mercado negro en China, a cambio de 3.200 dólares. Con el dinero, esperaba comprarse un iPad 2, uno de los más nuevos en el año 2011, época en la que trascendió la historia.
En ese año, se supo que el adolescente que vivía en una de las provincias más pobres de China recibió un mensaje de un recolector de órganos en internet. Este le indicó que podía ganar 20,000 yuanes por vender este órgano vital.
Entonces, el adolescente aceptó que le sacaran el riñón derecho y el receptor del mismo no quedó registrado.
Una vez finalizada la operación Wang Shangk se compró el Ipad 2 con el que soñaba y también un iPhone 4. Inmediatamente su madre sospechó de las compras, ya que era casi imposible para ellos conseguir el dinero.
En diálogo con BBC News, la madre del joven dijo: "Cuando mi hijo llegó a casa, tenía una computadora portátil y un teléfono Apple. Le pregunté de dónde venía todo el dinero para eso. Cuando ya no pudo guardárselo para sí, finalmente nos lo dijo. Él dijo: 'Mamá, vendí mi riñón'. Cuando me dijo, sentí que el cielo se derrumbaba sobre nuestra familia".
Según relató, llamó a la policía y denunció el tráfico de órganos que ocurría en un hospital de la zona. Al año siguiente, en 2012, fueron arrestadas cinco personas: entre ellas estaba el médico que realizó la operación y el intermediario que la organizó. Ambos tuvieron una pena de prisión de tres a cinco años.
Por su parte, la familia del joven damnificado tuvo una compensación de 1,47 millones de yuanes (224.424 dólares).
La salud del joven
Unos días después de la cirugía, el adolescente comenzó a sentirse mal y su familia comenzó a preocuparse. Con el paso de los años, Wang sufrió una infección en su único riñón restante, probablemente debido a la falta de atención durante en postoperatorio (que fue prácticamente inexistente) y a causa de la operación en malas condiciones.
Actualmente se encuentra postrado y debe realizarse diálisis.
Según The Telegraph, la venta ilegal de órganos se convirtió en una práctica bastante común en China en los últimos años, aunque el gobierno estuvo tratando de erradicar esta práctica.
