La empresa farmacéutica alemana Curevac espera tener lista y autorizada para su distribución su propia vacuna a lo largo de 2021. Su producción sería menos costosa que la desarrollada por BioNTech y la estadounidense Pfizer. "Es importante que se estén desarrollando varias vacunas en paralelo, el mundo va a necesitarlas", indicaron.
Las pruebas para dicha vacuna contra el coronavirus superaron la primera fase, actualmente se encuentra en la segunda fase y se prepara para empezar con la tercera dentro de los próximos tres meses, afirmó el director ejecutivo de Curevac, Franz-Werner Haas.
En este sentido, Hass señalo que no considera a las otras farmacéuticas implicadas en esas investigaciones como "rivales". La que se investiga en sus laboratorios, fundados en 2000 y con sede en Turingia (sur de Alemania), se basa en la secuencia genética del coronavirus y en el desarrollo de una proteína que capacita al sistema inmunológico para hacerle frente.
A diferencia de la de Pfizer y BioNTech, la vacuna de Curevac no precisa ser generada o conservada a temperaturas extremadamente bajas -hasta 80 grados bajo cero-, lo que facilita y, por tanto, abarata una producción masiva.
Subvenciones en Berlín y perspectivas en Bruselas
Curevac contó con el apoyo de las subvenciones dispuestas por el Gobierno alemán para desarrollar una vacuna contra el COVID-19. La ayuda es por un monto de 252 millones de euros, mientras que a BioNTech le correspondieron 370 millones. Según Haas, han negociado un precontrato con la CE para 250 millones de dosis, con opción a ampliarse hasta los 400 millones.
Las ayudas gubernamentales se destinan básicamente a acelerar las pruebas clínicas y posteriores test con voluntarios. En las primeras fases, éstos se han realizado entre pacientes de Perú y Panamá. Ahora se ampliará su espectro para alcanzar los 30.000 test en lo que queda de año y situarse sobre los 65.000 en las fases siguientes.
Haas estima que, en su conjunto, las distintas vacunas actualmente en desarrollo deben poder alcanzar al 70 % de la población mundial, puesto que solo así se podrá dar por superada la pandemia. Y considera que, salvo mutación del coronavirus, no será preciso renovarla cada año -como ocurre con la de la gripe común-, sino que garantizarán una inmunidad a más largo plazo.
Con información de EFE.