El encuestador y analista electoral John Zogby señalaba durante la semana ante la prensa extranjera, antes de conocer el resultado final, explicó a la prensa que: "Trump no fue repudiado por la sociedad y (Joe) Biden, si ganó como parece, no arrasó. La gran ola azul que esperábamos con el voto anticipado fue contrabalanceada por otra gran ola roja".
Trump llenó de polémica los días posteriores a las elecciones con sus infundadas denuncias, que irónicamente terminaron alimentando aún más la épica de la victoria demócrata. Pero una de sus afirmaciones de esta semana es cierta: hizo una "tremenda elección".
Desde principio del siglo XX, Estados Unidos no había visto una participación electoral tan grande, pero, a diferencia de lo que pronosticaban las encuestas, esta movilización masiva fue no solo para sacar a Trump de la Casa Blanca, sino también para apoyar al Presidente y sus acciones de Gobierno.
Una encuesta nacional de boca de urna mostró que la mayoría de los votantes que pusieron como prioridad la recuperación económica apoyaron a Trump, mientras que los que aseguraron que primero debe controlarse la pandemia, eligieron a Biden.
Las proyecciones de los principales medios indican que Trump perdió por más de 4 millones de votos a nivel nacional, pero para el sistema electoral indirecto, que es el único que realmente vale, fue derrotado por menos de 100.000 votos en cuatro de los cinco estados que terminaron definiendo la elección.
Este resultado, aunque entregó una victoria clave a los demócratas, podría terminar dibujando un escenario menos complicado para los republicanos y su reconstrucción como oposición que para el futuro oficialismo y el equilibrio que tendrá que hacer para conciliar y conservar el amplio abanico de intereses que se encolumnaron detrás de Biden.
"No hay dudas que hubo una movilización significativa de votantes demócratas, pero lo cierto es que Biden no tendrá un mandato claro", advirtió en diálogo con la agencia "Télam" Yohuru Williams, decano del Colegio de Artes y Ciencias de la Universidad de St Thomas, en Minnesota.
"Ahora Biden debe decidir si atenúa el discurso en pos de una reconciliación política, como hizo (Barack) Obama, o copia la táctica de los republicanos y dice: 'Tuvieron sus cuatro años con Trump y ahora gané yo. Voy a impulsar una agenda agresiva con las principales promesas de mi plataforma'", agregó.
Zogby coincidió en que los resultados no dejaron "un mandato fuerte en ninguna de las dos direcciones".
La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez hizo público lo que ya era un rumor: los legisladores más centristas de la bancada acusaron a sus colegas de izquierda de haber hecho peligrar la mayoría en la Cámara baja por su discurso "radical".
"Es el principio de una fractura. Una vez que los demócratas ganan la elección, entonces empieza la política real para gobernar al país y ahí tendrán que ver cómo concilian los intereses de todos los grupos que los apoyaron para derrotar a Trump", pronosticó Williams.
Mientras los republicanos se convertirán en oposición con una base electoral intacta, los demócratas enfrentan ahora el desafío de gobernar de cara a una coalición oficialista ampliada y heterogénea en medio de una crisis económica que, debido a la pandemia, no permite una reactivación tradicional ni inmediata.