La sorprendente trampa de las abejas japonesas contra el avispón asesino, su depredador

Tras siglos de lucha consiguieron desarrollar una técnica para deshacerse de este insecto, mortal para sus colmenas.

La sorprendente trampa de las abejas japonesas contra el avispón asesino, su depredador
Colmenas de abejas (Web)

En el último tiempo se informó que llegó a Estados Unidos una nueva plaga de estos insectos originarios de Asia, los avispones asesinos, que deben su nombre al letal veneno que destilan y que son capaces de decapitar, con sus mandíbulas a miles de abejas en pocos minutos.

El avispón asesino que mata a las abejas (Web)
El avispón asesino que mata a las abejas (Web)

La preocupación de los apicultores se centra en el temor a perder sus colmenas, que se ven amenazadas por ellos y los videos que se pueden ver en redes sociales muestran a unos 30 avispones asesinos que son capaces de matar a 30.000 abejas en unas horas para luego devorar las larvas y pupas adentro de la colmena.

Pero no todas las abejas sienten el terrible peligro del brutal depredador ya que las abejas nativas japonesas, "Osmia cornifrons", luego de cientos de años de lucha con ellos, consiguieron desarrollar una técnica eficaz contra la "Vespa mandarinia".

El avispón asesino que mata a las abejas (Web)
El avispón asesino que mata a las abejas (Web)
El avispón asesino que mata a las abejas (Web)
El avispón asesino que mata a las abejas (Web)

La trampa que aplican tiene más que ver con la astucia que con la fuerza. Como se ve en el video, en vez de salir a enfrentarlo uno a uno, cosa que sería una completa derrota, la abeja lo deja entrar a la colmena. De esta manera lo obliga a ingresar para poder cumplir con su plan. 

El avispón asesino que mata a las abejas (Web)
El avispón asesino que mata a las abejas (Web)

Luego, apenas ataca a la primera abeja japonesa, decenas de ellas se arrojan sobre cada intruso y vibran, generando calor que hace subir la temperatura colectiva. Las abejas soportan dos grados más que su enemigo, por lo que a los 46 grados C el atacante muere asado, mientras que ellas resisten la temperatura y salvan así su vida.