El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio de Chile (CPC), Juan Sutil, afirmó que:"Vemos que las empresas chilenas se van porque hay un claro sesgo antimercado, antiempresa",
Sutil explicó que el gobierno de Alberto Fernández "está tomando medidas similares a las que ocurrieron en el pasado, sobre todo en el segundo gobierno" de Cristina Kirchner. Consideró que la salida de empresas chilenas se produce "porque hay un claro sesgo antimercado, antiempresa".
El empresario aclaró que "la visión general de los empresarios chilenos sobre la Argentina no es positiva". Dijo que ve con preocupación que en la Argentina "no hay terreno fértil para hacer inversiones".
Luego amplió la explicación: "Hay "una cantidad importante de informalidad" y una presión impositiva "difícil de soportar". Además de una "complejidad en la estructura administrativa desalentadora" y un "alto grado de conflictividad".
Sostuvo que no hay en la Argentina "una política proempresa, proinversiones" y advirtió sobre un "deterioro importante de la seguridad jurídica". Consideró que es "preocupante que la administración de Alberto Fernández siga en esa línea" y que detrás de estas posiciones está la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En el caso de la salida de Falabella, Sutil estimó que la "falta de certeza jurídica, malas condiciones de competitividad, control cambiario, complicaciones para importar y falta de financiamiento" impactaron en la decisión de la compañía de retirarse del país.
Habló también de la pérdida de competitividad por los altos costos para operar, lo que hace que las empresas "no pueden resistir". Pese a este escenario planteó que el empresario "nunca pierde la confianza y el optimismo" y que el país necesita algo más profundo que un simple cambio" político".
"En la Argentina hay un sentimiento de mucha desolación y de falta de inversión". Planteó que se registra "un proceso permanente de desinversión, de los extranjeros pero también de los empresarios argentinos", sostuvo en una entrevista con el diario "Clarín".
Explicó que la gente "saca más recursos, pero no solo empresarios, también los profesionales, la clase media" porque prefieren "invertir en el exterior". Dijo que "no están dadas las condiciones para generar confianza" y que las declaraciones de los funcionarios "son muchas veces desafortunadas y poco creíbles en términos de respeto a la inversión".
No dudó al afirmar que las empresas chilenas ya habían sufrido "no ya ataques del Gobierno, sino de una agrupación afín al Gobierno, como La Cámpora" y que eso "no ocurre en ningún lugar del mundo". Afirmó que las compañías necesitan "estabilidad, certeza jurídica y salirse del prototipo del populismo y subdesarrollo".