El presidente Alberto Fernández se mostró optimista en la negociación con los bonistas y manifestó: "Quiero creer que el tema de la deuda está cerca de resolverse". Asimismo, indicó que "el problema de la economía no es la cuarentena, es la enfermedad".
"Muchos piensan que el problema de la economía es porque se hace la cuarentena, pero el problema económico se genera porque hay una pandemia que ha afectado la economía del mundo y las economías están vinculadas", manifestó el mandatario en declaraciones a C5N.
"No es verdad que si abrimos la cuarentena la economía se vuelve próspera. Se habilitó el 60% de los servicios existentes de comercio en la Ciudad. De este 60% abrió el 40% y ese 40% que abrió vendió el 30% de lo que vendía porque no están los consumidores y a la vez los casos se dispararon. Y si abrís los comercios es una invitación a salir", explicó.
Asimismo, Fernández elogió a la directora del FMI, Kristalina Georgieva: "Nunca vi a nadie que entendiera (como ella) el problema argentino. Hemos podido iniciar un diálogo que ojalá prospere".
Fernández destacó además el apoyo del papa Francisco en el caso de la deuda y de las políticas que plantean un nuevo capitalismo.
En ese sentido, dijo que fue "inconmensurable" la ayuda brindada por el Papa en este proceso de renegociación de la deuda externa.
"Es muy importante el apoyo de los líderes europeos que visité, como (Giuseppe) Conti, (Pedro) Sánchez, (Angela) Merkel y (Emmanuel) Macron -de Italia, España, Alemania y Francia- que estuvieron muy al lado nuestro comprendiendo, como también (el líder israelí Benjamin) Netanyahu", agregó.
Por su parte, anunció que cuando termine la pandemia de coronavirus, especialmente en las zonas más pobres, dará a conocer las bases de un "contrato social" y aseguró que "la Argentina no está cerrada, sino abierta en un 90%", excepto en las zonas donde el virus está más expandido.
Además, el presidente ratificó el impulso del llamado "impuesto a las grandes fortunas" que se aplicará una sola vez para "sobrellevar" los costos del combate sanitario y aseveró que "la etapa del sálvese quien pueda y de la meritocracia está muerta en la Argentina" y que se viene la era de la restitución de "la igualdad de oportunidades".
El jefe de Estado avisó que es "un aporte por única vez" de 12.000 personas que concentran mucha riqueza y agregó que permitirá al país "sobrellevar lo que la pandemia nos ha exigido", al tiempo que habló de "cambiar y ordenar el sistema impositivo argentino, pues los impuestos al consumo los pagan tanto los más ricos como los más pobres, y hay cinco impuestos que concentran el 80% de los ingresos del Estado".
"Estamos pensando en el día después. Con Gustavo Béliz (Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia) habíamos pensado en un mensaje para el día después que no lo dimos para que nadie piense que queremos poner el eje en otro lado", dijo Fernández.
"Sabemos lo que queremos hacer y debemos hacer, pero vamos a esperar que esos barrios (populares) recuperen la tranquilidad", dijo luego del fuerte brote de coronavirus en lugares como Villa Azul.
Sobre las medidas de control y el aislamiento, dijo que "era necesario controlar la velocidad del contagio para construir un sistema de salud", y que "cuando los contagios llegaran todos pudieran ser atendidos".
Fernández reconoció que "la gente no está espléndida, pero no puede ser que a ese malestar natural lo quieran convertir en una sensación de angustia. Yo no me enojé (durante la conferencia de prensa), quise ser categórico con la respuesta".
"Cuando me preguntan qué aprendí en la pandemia, me dejó una muy triste experiencia, porque descubrí 9 millones de argentinos que la Argentina no registraba que son los del IFE, que son gente fuera del sistema", lamentó.