Las negociaciones para alcanzar un acuerdo que permita reestructurar más de 65.000 millones de dólares de la deuda externa entraron en la última fase y al Gobierno nacional le quedan apenas cinco días definir si las tres contrapropuestas que presentaron los acreedores privados permiten acercar posiciones.
Las deliberaciones volvieron a intensificarse el viernes pasado, cuando se conoció que los grandes fondos que representan a los tenedores de deuda emitida bajo ley extranjera le habían enviado al ministro Martín Guzmán tres alternativas con sus posturas.
Esos papers reactivaron las frenéticas reuniones en el Gobierno nacional y el presidente Alberto Fernández recibió a Guzmán el domingo en la Residencia de Olivos para conocer los detalles de las ofertas. También estuvieron en Olivos el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y los ministros , Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Eduardo "Wado" De Pedro (Interior), y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, entre otros funcionarios.
Ya no queda margen de acción. El viernes vence la prórroga que estableció la Casa Rosada el pasado 8 de mayo, cuando se frustró el intento para que los acreedores privados acepten la propuesta inicial de Guzmán que establecía una quita del 62% en los intereses , del 5% en el capital y un período de gracia de 3 años para pagar.
La fecha de cierre coincide con el fin del período de gracia que tiene la Argentina para pagar un vencimiento de U$S 503 millones de tres bonos Global que originalmente debía ser abonado el 22 de abril pasado.
"El éxito no es un acuerdo que hipoteque el futuro ni que deje rehenes de un problema a los argentinos", insistió el domingo el ministro Guzmán, el único funcionario autorizado para sentarse en la mesa de negociaciones con los bonistas.
Si el 22 de mayo la Argentina no logra cerrar un acuerdo con los acreedores y no regulariza el pago de los bonos Global, el país entraría en un cese de pagos selectivo.
Las propuestas de los bonistas
Los dos grandes grupos de acreedores que confirmaron el envío de una contraoferta son el denominado Grupo de Titulares de Bonos de Canje, integrado por 18 fondos que afirman tener el 15% de los bonos emitidos por Argentina en los canjes de 2005 y 2010, y el Comité de Acreedores de Argentina junto con los fondos Gramercy y Fintech Advisory.
Ambas contrapropuestas, según confirmaron los dos grupos, fueron "coordinadas" y "representan un esfuerzo de buena fe por parte de estos grupos para proporcionar una base coherente para una reestructuración expedita" de los bonos argentinos de ley extranjera y "un perfil de deuda sostenible a largo plazo".
Según estos dos conjuntos de acreedores, sus propuestas respetan tanto los principios de los bonistas como las "condiciones económicas actuales" de Argentina, cuya economía está en recesión hace dos años.
En ambos casos, aseguraron que los términos incluidos en sus contraofertas -los que no hicieron públicos- permitirán al país sudamericano un "alivio sustancial del 'cash-flow' (flujo de efectivo) mediante una combinación de postergación en el pago de intereses, disminuciones en los pagos de cupones y aplazamiento de los pagos de amortizaciones".
Ante esas presentaciones, en las últimas horas comenzó a analizarse la posibilidad de que las negociaciones puedan extenderse una vez más, más allá del 22 de mayo. Es que, se presume, que un impago del compromiso que vence el viernes tendrá escasas consecuencias para la Argentina si para entonces las conversaciones en busca de un acuerdo se encuentran avanzadas.
El buen clima respecto a las posibilidades de que ambas partes se sienten a la mesa a negociar ya había contagiado el viernes a los mercados donde el riesgo país cayó por debajo de los 3.000 puntos por primera vez desde marzo.