Fernando Morales, un médico argentino que se encontraba tratando pacientes con VIH en Tanzania, falleció en la madrugada del martes mientras esperaba que lo trasladaran a una clínica en Sudáfrica. El hombre era padre de dos niños, de 8 y 12 años, que quedaron solos, ya que su esposa, que está varada en Buenos Aires, no puede ir a buscarlos debido al cierre de fronteras por la pandemia.
Se estima que Morales contrajo coronavirus y que, debido a enfermedades preexistentes, era paciente de riesgo, por lo que no pudo sobrevivir al virus.
Su esposa, llamada Crymy, fue alertada por su marido de que no se encontraba bien y de que padecía síntomas del Covid-19. Sin enbargo, falleció antes de que estén los resultados del hisopado. Sus hijos quedaron a cargo de una niñera hasta que la situación pueda ser resuelta.
El caso quedó en manos de Cancillería que, a través de la embajada argentina en Nairobi (Kenia), está analizando de qué forma reunir a esta familia. Lo más viable hasta ahora es que los niños puedan volar hacia Argentina, pero para que eso suceda primero deben determinar que no tengan coronavirus.
Fernando Morales era de San Isidro. Llegó a África hace 25 años y se radicó en la ciudad de Dar es-Salaam (Tanzania), donde trabajaba como médico en ICAP, una ONG de la Universidad de Columbia que brinda servicios integrales para combatir el HIV y en iniciativas de fortalecimiento del sistema de salud en comunidades vulnerables. Allí conoció a Crymy, nacida en Mozambique, con quien se casó y tuvo dos hijos que hoy tienen 12 y 8 años.