Ya no hay vuelta atrás. El Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina caerá 6,5% en 2020 y América Latina tendrá su peor retroceso en toda su historia. Todo por el impacto de la pandemia de coronavirus Covid-19.
Así lo pronosticó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe extraordinario publicado con el título: "Dimensionar los efectos del Covid-19 para pensar en la reactivación".
Uno de los grandes lastres que anotará la región es la caída del comercio internacional con China, el gigante asiático que se ha convertido en una pieza central para el intercambio con los países de la región.
La caída de la Argentina (6,5) será una de las mayores de América del Sur, sólo después de Venezuela que se contraerá 18%. En el retroceso general se espera que Bolivia caiga 3%; Brasil, 5,2%; Chile, 4%; Colombia, 2,6%; Ecuador, 6,5%; Paraguay, 1,5%; Perú, 4%; Uruguay, 4%.
La proyección para la Argentina tiene una corrección de nada menos que 5,2 puntos porcentuales respecto del pronóstico que había sido publicado por la Cepal en noviembre pasado, cuando preveía una contracción del 1,3% sólo por el arrastre de la recesión de 2019.
La Cepal comunicó que la pandemia del coronavirus impacta a las economías de América Latina y el Caribe a través de factores externos e internos cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930.
Según las últimas estimaciones, se prevé una contracción regional promedio de 5,3% para 2020, informó el organismo de la Naciones Unidas.
El informe fue presentado en Santiago de Chile por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. En el documento se lee el seguimiento de los efectos económicos y sociales de la actual crisis derivada del impacto del coronavirus en la región.
En una conferencia de prensa virtual transmitida en vivo desde la sede central del organismo regional de las Naciones Unidas en Santiago de Chile, Bárcena dio a conocer también las nuevas proyecciones de crecimiento para cada uno de los países miembros de la Comisión.
El arrastre y la debacle
Según el documento, desde antes de la pandemia, América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019. La crisis que sufre la región este año 2020, con una caída del PBI de 5,3%, será la peor en toda su historia.
Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5%) o más aún hasta 1914 (-4,9%).
El documento plantea también que la crisis del coronavirus se ha transmitido a América Latina y el Caribe a través de cinco canales: una reducción del comercio internacional, la caída de los precios de los productos primarios, la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, una menor demanda de servicios turísticos y una reducción de las remesas.
"Los efectos del Covid-19 generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad", declaró Bárcena. Y agregó que los países de la región han anunciado medidas importantes, las que deben ser reforzadas mediante la ampliación del espacio fiscal.
"Es urgente acceder a recursos financieros con base en un apoyo flexible de los organismos financieros multilaterales, acompañado de líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones", dijo la funcionaria internacional.
Además, indicó, se requiere repensar el modelo de inserción de la región y las alternativas de reactivación a la luz de los cambios estructurales que ocurrirán en la globalización y el mundo post COVID-19.
En el detalle de sus proyecciones, el organismo prevé que América del Sur se contraiga -5,2% debido a que varios países de esta zona se verán muy afectados por la caída de la actividad de China, que es un importante mercado para sus exportaciones.
La interrupción de las cadenas de valor producida por la pandemia impactará con mayor intensidad en las economías brasileña y mexicana, que poseen los sectores manufactureros más grandes de la región.