Didier Raoult, un reconocido infectólogo francés, afirmó hace ya un tiempo que encontró la cura para enfrentar al coronavirus. Sin embargo, el médico no logró el apoyo que esperaba para combatir la pandemia.
Según el especialista, la hidroxicloroquina es "el remedio definitivo" para el Covid-19 y no aplicarla "es inmoral". Se trata de un principio activo antimalárico o antipalúdico que se vende con los nombres comerciales Plaquenil, Axemal, Dolquine, Ilinol, y Quensyl. Se lo utiliza, fundamentalmente, para reducir la inflamación en el tratamiento de la artritis reumatoide y del lupus.
Junto con su equipo en Marsella, Raoult reportó que había realizado un estudio con 36 personas infectadas. Los hallazgos de la investigación, según el experto, demostraron una considerable reducción de la carga viral en quienes recibieron la droga. "Después de seis días, el 70% de los pacientes tratados con hidroxicloroquina no tienen más carga viral en sus tests rinofaríngeos", expresó.
China también la empleó en un ensayo con 134 pacientes en febrero y llegó a la conclusión de que era efectiva para reducir la severidad de la enfermedad, según se informó en ese momento.
Pero el cuestionamiento de la comunidad científica es cada vez más grande, a pesar de los resultados del informe y que el especialista colecciona toda clase virus desde temprana edad, cuando estudió la teoría de la evolución junto a su padre.
Al igual que en países como Italia, en donde la división entre la región norte y sur es muy fuerte, lo mismo ocurre en Francia: la agencia de salud PACA, en el sur, respeta a este médico "rebelde" y ya adoptó algunos de sus tratamientos, mientras que en el norte es rechazado y duramente criticado.
¿Cuáles es el principal argumento en contra de esta "vacuna"? Científicos de París aseguran que el tratamiento probado no fue lo suficientemente testeado durante la pandemia, a lo que Raoult les contestó que "el país no tiene un plan concreto para enfrentar esta crisis".
Uno de los cuestionamientos más grandes provienen de Agnes Buzyn, ex ministra de Salud y candidata a las elecciones municipales en París, y su marido Yves Levy, quien estuvo frente al Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina entre 2014 y 2018.