El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial difundieron este miércoles un comunicado conjunto para solicitar que se suspenda el cronograma de pago de deuda de los países más pobres ante la crisis internacional que desató el coronavirus, aunque la medida no incluye a la Argentina.
El pedido de los organismos internacionales de crédito se refiere puntualmente a los países que integran la Asociación Internacional para el Desarrollo (AIF, según sus siglas en inglés), del Banco Mundial, y incluye a un total de 76 naciones.
“Es probable que el brote de coronavirus tenga graves consecuencias económicas y sociales para los países de la AIF, donde viven una cuarta parte de la población mundial y dos tercios de la población mundial que viven en la pobreza extrema”, indicó el comunicado conjunto.
Y seguido “exigieron” a “todos los acreedores bilaterales oficiales que suspendan los pagos de la deuda de los países de la AIF que soliciten la indulgencia”.
"Esto ayudará con las necesidades de liquidez inmediata de los países de la AIF para hacer frente a los desafíos planteados por el brote de coronavirus y dará tiempo para una evaluación del impacto de la crisis y las necesidades financieras de cada país", remarcaron.
Además, propusieron a las autoridades del Grupo de los 20 (G20) que se soliciten las evaluaciones pertinentes para identificar “a los países con situaciones de deuda insostenibles” para luego preparar "una propuesta de acción integral por parte de los acreedores bilaterales oficiales para abordar las necesidades de financiamiento y alivio de la deuda de los países de la AIF”.
“Buscaremos la aprobación de la Propuesta en el Comité de Desarrollo durante las Reuniones de Primavera (del 16 al 17 de abril). El Grupo del Banco Mundial y el FMI creen que es imperativo en este momento proporcionar una sensación global de alivio para los países en desarrollo, así como una señal fuerte para los mercados financieros”, indicaron.
La medida no incluye a la Argentina, a pesar de que el Gobierno nacional lleva adelante intensas negociaciones para tratar de reestructurar su deuda tanto con el FMI (superior a los 44.000 millones de dólares) como los acreedores privados, con quienes los compromisos son superiores a los 68.000 millones de dólares.