El 23 de febrero se cumple un año de la trágica muerte de la mediática y actriz Natacha Jaitt. Sus familiares se refirieron a la situación de la investigación y utilizaron la fecha para repasar su vida y recordarla con cariño.
"Aviso: no me voy a suicidar, no me voy a pasar de merca y ahogar en una bañera, no me voy a a pegar ningún tiro, así que si eso pasa, yo no fui. Guarden tuit", escribió Natacha meses antes de su trágica muerte en la suite de invitados del salón de fiestas Xañadú, ubicado en Villa La Ñata.
Según se supo en la investigación, allí había mantenido una reunión para realizar futuros shows en el salón junto al productor Raúl Velaztiqui Duarte, Guillermo Rigoni, el dueño del lugar, Gaspar Fonolla, amigo del propietario, el electricista Andrés "Voltio" Bartolín y la joven Luana Micaela Monsalvo. La autopsia realizada sobre el cuerpo reveló que murió por una falla multiorgánica y que su cuerpo no presentaba signos de violencia.
Respecto a la causa en este momento está quieta. No hay detenidos y los testigos están en libertad. En las últimas semanas se había logrado acceder a una audiencia para llevar a cabo el desbloqueo de su celular, pero el procedimiento no se pudo realizar debido a que el sistema operativo estaba desactualizado.
El hermano de Natacha, Ulises Jaitt, no tiene dudas de que se haya tratado de un homicidio: "Sigo pensando que a ella la mataron. Para mí le pusieron algo en la bebida. A ella le aparece cocaína en el estómago y eso es cuando lo ingerís vía oral y es imposible que mi hermana coma cocaína. En las cámaras se ve cuando el dueño del lugar, Gonzalo Rigoni, ya con Natacha fallecida, saca de la habitación dos copas y una botella, y se las lleva. ¿Por qué se las lleva? Lo limpió",aseguró.
En la misma línea sigue el pensamiento de su hija, Antonella, que aseguró a Teleshow que cada día pierde un poco más las esperanzas de que se sepa lo que pasó: "No tenemos esperanzas. Con todo lo que pasó con mamá y todo lo que denunció, hay muchos sospechosos involucrados. Entonces, de aquí a que se pueda conocer algo, no lo creo… Tal vez me equivoque, ojalá pueda saber algo de lo que le pasó a mi mamá. Pero luchamos tanto el año pasado que a veces uno se pregunta: '¿Ni siquiera un gramo de esperanza me vas a dar?", relató con dolor la joven de 22 años.