El asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell es uno de los casos que estremeció al país en el último tiempo. Así lo confirmaron las multitudinarias marchas por Justicia, a un mes de su asesinato, el 18 de febrero.
Las pruebas complican cada vez más a los implicados: desde los audios escabrosos (como "caducó"), hasta los reconocimientos de los testigos.
La defensa de la familia de la víctima -a cargo de Fernando Burlando- solicitó nuevas pericias psiquiátricas los imputados, incluso sobre los dos que se encuentran en libertad: Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino.
Pero, además, busca que se avance sobre el supuesto partícipe número 11, conocido como "Pipo". El sospechoso sería menor de edad (17 años) y aseguran que ya tienen su nombre y apellido. Se sabe que el adolescente aparece en chats y, al menos, una foto y dos videos junto a los acusados.
"Pipo" estaría en una de las grabaciones principales, mientras tomaba lugar el crimen. Además, se lo ve debajo del cartel del restaurante en el que se reunió el grupo de rugbiers, a metros de la escena del crimen (donde se los ve abrazándose y festejando lo ocurrido).
El joven, a su vez, acudió al local de comidas rápidas, adonde los responsables fueron horas después del asesinato. Lo registran imágenes con Máximo Thomsen (uno de los más complicados de la causa) y Lucas Pertossi (quien registró el crimen con su celular).
Otra "selfie" lo ubica junto a Blas Cinalli, actualmente imputado como partícipe necesario y autor de la frase "Los recag*mos a palos, ganamos" (de acuerdo a uno de los últimos audios que trascendieron).
"Pipo" mantiene relación con el grupo hace años, según atestiguan distintos intercambios por WhatsApp. El día del horror, les preguntó "por dónde andaban". "Lebrij", respondió Pertossi, en referencia al boliche Le Brique, frente al cual ocurrió la golpiza en manada, que resultó en la muerte de Fernando.